“El juez ‘asignado’ a mi caso de caza de brujas (…) ME ODIA”, escribió con mayúsculas Donald Trump en su red social, volviendo a recordar que nunca antes se ha imputado a un expresidente de EE.UU.

El expresidente estadounidense Donald Trump, imputado en el caso de un pago irregular a la actriz porno Stormy Daniels, viajará el lunes de Miami a Nueva York para presentarse ante el juez en la tarde del martes, informó ayer la cadena CNN.

Concretamente, su cita con el juez será a las 14.15 hora local, una vista que ha generado una enorme expectación y por esa razón el tribunal ha cancelado otras menos importantes para evitar el tránsito de personas a pie en el edificio por razones de seguridad.

Diversos medios han asegurado que la lista de cargos que el juez le comunicará -y que aún no se han hecho públicos- es de más de treinta, todos relacionados con el pago a Daniels de 130.000 dólares y el posible disimulo de esa cantidad como gastos electorales.

Su abogado Joe Tacopina aclaró que Trump no será esposado en el breve trayecto entre la oficina del fiscal y la del juez Juan Manuel Merchan, y ello pese a que muchos “desean que sea paseado” por la policía.

También ha precisado que no se declarará culpable y ha optado por ir al juicio.

Lo que parece ineludible para Trump, como en el caso de cualquier imputado al que le leen los cargos, es el proceso de “fichado”: toma de huellas dactilares y fotografía de frente y de perfil.

Trump se convirtió el jueves en el primer expresidente del país en afrontar cargos penales tras ser imputado por un gran jurado de Nueva York en un caso relacionado con el pago de un soborno a la actriz porno Stormy Daniels, con la que el exmandatario tuvo un “affaire” en 2006.

El expresidente cargó ayer contra el juez Merchan que lleva su caso, diciendo que le “odia” y que ha sido en realidad colocado ahí por el fiscal de Manhattan Alvin Bragg, contra quien tiene una especie de cruzada personal.

Se temía que la imputación de Trump provocase la salida de sus partidarios a las calles, pero en Nueva York no se ha visto ninguno hasta ahora y solo unas decenas en los alrededores de Mar-a-Lago con pancartas y banderas estadounidenses.

La mayoría de figuras del partido Republicano se han pronunciado para defender al exmandatario en las últimas horas, e incluso figuras “presidenciables” como el que fuera su vicepresidente, Mike Pece, o el gobernador de Florida, Ron DeSantis, le han mostrado un apoyo sin fisuras y sin un atisbo de crítica por su comportamiento.

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