La investigación será asumida por la Fiscalía General de la Nación.

Carlos Mattos está preso en la cárcel La Picota de Bogotá. Desde ese centro penitenciario se le han aprobado seis salidas al empresario. En por lo menos dos de ellas se ha reunido por más de dos horas con sus abogados y gente cercana en su oficina personal. En sus paseos por la capital, el reo ha tenido tiempo hasta de comer pizza.

La investigación, que ya reposa en el despacho de la Fiscalía y la Procuraduría, valió para que el director del Inpec, Mariano Botero, fuera destituido por el presidente Iván Duque. El revuelo se desató tras una indagación de Noticias Caracol, en ella quedó en evidencia que el preso se paseó por las calles de Bogotá este 21 y 25 de febrero.

Mattos llegó extraditado desde España en noviembre del año pasado. La justicia colombiana lo señaló de sobornar jueces y cometer los delitos de utilización ilícita de redes de comunicaciones, acceso abusivo a un sistema informático y daño informático. Mientras se surtía la etapa de juicio, el centro penitenciario que se encargaría de su custodia sería La Picota. Pero no fue así.

En la investigación periodística quedó demostrado cómo Mattos -quien confesó su responsabilidad en los delitos que se le acusan después de lograr un preacuerdo con la Fiscalía- utilizó los carros y guardias del Inpec para llegar hasta su oficina en el norte de Bogotá para reunirse, incluso, con su abogado Iván Cancino.

El 21 de febrero Mattos acudió a una cita médica en la Clínica Palermo, el carro oficial no devolvió al reo hasta La Picota, como debería, sino que lo trasladó hasta un edificio en el norte de Bogotá: allí está su oficina personal.

El general Mario Botero, el destituido director del Inpec, dijo que este año el preso Mattos ha salido en seis ocasiones este año del centro penitenciario: 5 por cuestiones médicas y una por orden judicial. El empresario salió, en promedio, cada 10 días de su celda.

La segunda ocasión que las cámaras captaron a Mattos, fuera de La Picota, fue el 25 de febrero. Ese día el mismo carro oficial que lo llevó a la cita médica, lo trasladó de manera exclusiva desde la cárcel a la oficina en el norte de Bogotá. En esa ocasión se reunió con su abogado, Iván Cancino y otras personas que serían cercanas. En su oficina Mattos estuvo por casi tres horas y tuvo tiempo hasta de pedir una pizza a domicilio.

“Esto es vergonzoso y por eso se actuó. No podemos permitir estos atropellos al sistema judicial y al sistema penitenciario”, declaró el presidente Duque luego de destituir a los directores del Inpec y de La Picota por su responsabilidad en estos “paseos”.

Entre tanto, Mattos fue trasladado a la cárcel de Cómbita, en Boyacá. Su preacuerdo con la Fiscalía, que consta de 56 meses en prisión y una indemnización de casi dos millones de dólares para la Fiscalía y la rama judicial, todavía se mantiene.

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