Los funcionarios encargados del caso explicaron que a la habitación del hombre no ingresaba ni un rayo de sol.

Deivis Miguel Álvarez, un hombre de 42 años durante este fin de semana vio cómo sus derechos fueron restablecidos luego de que viviera en condiciones infrahumanas, atado en el interior de su propia habitación, por un total de 20 años ininterrumpidos.

Las acciones fueron emprendidas por miembros de las autoridades del municipio de María La Baja, en el departamento de Bolívar, quienes supieron de la historia luego de que algunos parientes del hombre decidieran exponer la situación que este vivía a través de las redes sociales.

“Nos dijeron que él tenía un maleficio que lo pone agresivo, lo llevaron al hospital de Cartagena y no tuvieron ninguna solución, entonces lo encerraron por el temor de que cometiera algo y ellos no tenían con qué responder”, manifestó Jania Castro, secretaria de Inclusión Social y Equidad de Género de la Gobernación de Bolívar.

Encerrado en una habitación sin luz natural, sobre una cama de concreto y junto a un lugar utilizado como depósito de desechos, el hombre recibía su alimentación de manera precaria, mientras su padre era responsable de su higiene básica.

Como consecuencia del grave confinamiento, el hombre atraviesa por graves consecuencias a nivel físico y mental. Por eso, las autoridades lo sometieron a evaluaciones psiquiátricas en el interior de su vivienda, mientras es admitido en un centro médico especializado.

La decisión de mantener al hombre encadenado había sido tomada por su propio padre, pues este utilizaba como pretexto un supuesto maleficio que lo hacía actuar con violencia. Por eso, pasó dos décadas de vida atado por cadenas a una cama de cemento.

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