Los tratamientos oncológicos no interfieren en la inmunidad generada luego de tener el virus en los pacientes con cáncer de pulmón.

Así lo refleja el estudio SOLID del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) realizado en 50 centros hospitalarios de España durante la primera ola de la pandemia a 1.500 pacientes con este tumor y que se centra en la inmunidad adquirida tras la infección por SARS-CoV-2.

“No existían datos sobre cómo actuaba la memoria inmunológica en los pacientes con cáncer, por eso, decidimos poner en marcha este estudio”, explica Mariano Provencio, presidente del GECP e investigador principal, en un comunicado.

El estudio, publicado en la revista “Translational Lung Cancer Research”, consistió en realizar determinaciones de anticuerpos de forma aleatoria a 1.500 pacientes con cáncer de pulmón, especialmente vulnerables a la COVID y una de las patologías con mayor impacto social.

De estos 1.500 pacientes, un 8,5% resultaron positivos. Y de ellos, el 75 % estaba en tratamiento activo contra el cáncer y cerca de la mitad había experimentado una enfermedad sintomática con sospecha de infección por coronavirus.

El estudio hizo un seguimiento de los casos positivos, realizando nuevas determinaciones de anticuerpos a los cuatro meses.

En esta segunda determinación, no se detectaron anticuerpos en el 30,8% de los pacientes.

“Hay pocos datos sobre la duración de la protección en la población en general, sin embargo, generalmente se acepta que los anticuerpos se descomponen rápidamente tres meses después del inicio de los síntomas. En nuestro estudio, el 30,8% de los pacientes positivos habían perdido los anticuerpos pasado un tiempo”, añade el doctor Provencio, también jefe del Servicio de Oncología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid.

Esta pérdida de anticuerpos no está, sin embargo, relacionada con ningún tratamiento oncológico recibido. “Comprobamos, incluso, la quimioterapia frente a la inmunoterapia, que podría sospecharse con interferencia en la inmunidad adquirida”, puntualiza el especialista.

Cuanto más gravedad, más inmunidad

Según el estudio SOLID, la gravedad de la infección, la necesidad de hospitalización y la presencia de síntomas en el momento del diagnóstico se asocian con una mayor duración de la inmunidad en general y en afectados por cáncer de pulmón.

“Encontramos una asociación estadísticamente significativa entre la gravedad de la infección, la presencia de síntomas, la fiebre y la congestión nasal con la persistencia de la inmunidad en la segunda determinación meses después”, señala el oncólogo.

En el 47% de los pacientes se observó un aumento de anticuerpos pasado un tiempo. En este caso, los investigadores del GECP no han encontrado causas detrás de este aumento. (Le puede interesar: ¿Usar celulares aumenta riesgo de tumor cerebral en jóvenes?)

Cómo fue la evolución en los pacientes con COVID

En este estudio también se ha analizado la evolución de los pacientes con cáncer de pulmón que contrajeron COVID.

“La tasa de mortalidad en nuestro estudio es significativamente diferente al de otros publicados. Solo uno de los pacientes con COVID falleció. A pesar de que más del 30% requirió hospitalización por el virus, y que el 75% estaba en tratamiento activo contra el cáncer, la mayoría con varias líneas de tratamiento, lograron sobrevivir”, afirma el presidente de este grupo cooperativo independiente para la investigación del cáncer de pulmón.

“Nuestros resultados nos permiten tener esperanzas sobre la duración de la protección frente al virus, así como realizar los mismos esfuerzos terapéuticos que para la población general, ya que la evolución de nuestros pacientes no parece diferir mucho”, señala.

“Por lo tanto -añade- en el caso de una infección grave, estos pacientes deben recibir la misma atención, incluida la admisión a cuidados intensivos”.

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