La Organización Mundial de la Salud dijo que comprende “que los gobiernos tengan la obligación de proteger a los suyos, pero la mejor forma de hacerlo es suprimir el coronavirus al mismo tiempo en todas partes”.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, apoyó ayer la propuesta de que se suspendan las patentes de vacunas, tratamientos y otras herramientas sanitarias contra la COVID-19, que se debate en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“Es el momento de usar todas las herramientas que tengamos para poder aumentar la producción, lo que incluye la transferencia de licencias y la exención de los derechos de propiedad intelectual. Es ahora o nunca”, subrayó Tedros en rueda de prensa.

El máximo responsable de la OMS dio este apoyo a tres días de que se debata nuevamente en el Consejo General de la OMC esa iniciativa, lanzada en octubre por India y Sudáfrica y que durante meses ha encontrado oposición entre muchos de los países donde tienen su sede las grandes farmacéuticas.

Entre ellos se encuentran Estados Unidos, Australia, Noruega, Suiza, Brasil, Canadá, Japón, Reino Unido y los estados de la Unión Europea.

De aprobarse, la exención permitiría que copias de vacunas, tratamientos, pruebas de diagnóstico y otros fármacos contra la COVID-19 puedan empezar a producirse en otros países, a gran escala y precios inferiores.

Tedros también pidió ayer a los países más avanzados que reduzcan o eviten más acuerdos unilaterales de compra de vacunas con las farmacéuticas, especialmente aquéllas dentro del programa Covax de distribución de dosis en todo el mundo (como AstraZeneca o Pfizer, aunque el director general no aludió directamente a ellas).

No hay acceso equitativo

Expertos internacionales lamentaron ayer que entre todos los países de América Latina no exista un acceso equitativo a las vacunas contra la COVID-19, en un momento en que se vive una carrera contra esta enfermedad para “salvar vidas”.

“Hay países de América Latina que han recibido las vacunas con muchas anticipación”, lo que les ha permitido colocarse por delante en la batalla contra la pandemia, señaló Cuauhtémoc Ruiz, del Departamento de Familia, Promoción de la Salud y Curso de Vida de la Organización Panamericana de la Salud.

Durante un foro organizado por la Universidad Internacional de Florida (FIU, en inglés), el especialista resaltó incluso que la ausencia de equidad se centro de los mismos países, en detrimento de poblaciones vulnerables como la indígena y la afrolatina.

Los expertos señalaron que varios países en desarrollo han experimentado un acceso deficiente a las vacunas, la principal arma para combatir el virus, en parte porque los países más ricos pudieron negociar más rápido y directamente con las empresas farmacéuticas.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una resolución en la que exige treguas en las zonas de conflicto para que todos los ciudadanos puedan ser vacunados contra el virus.

El texto, que recibió el apoyo unánime de los quince países miembros, urge además a todos los Estados a facilitar el acceso de los países en desarrollo a las vacunas y a cooperar para superar barreras logísticas que puedan complicar la administración del suero a ciertos grupos como los refugiados.

La resolución fue propuesta por el Reino Unido tras un debate celebrado el pasado 17 de febrero y copatrocinada por todos los miembros del Consejo de Seguridad, además de casi un centenar de países que no están en ese órgano.

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