Veinticuatro minutos dura la diatriba en la que el actor Bruno Díaz ‘le canta la tabla’ al senador petrista Gustavo Bolívar, a quien denuncia por no haberle pagado cerca de $200 millones a su hijo, Diego Andrés Díaz, quien falleció en abril pasado.

La historia comenzó en el segundo semestre de 2017, cuando el actor aspiraba al Congreso y le presentó al joven emprendedor a Bolívar, quien lo contrató para que le adecuara unos paneles solares en un hotel de su propiedad.

Según Díaz, su hijo entregó el trabajo, pero el senador solo le pagó el 10 % de la deuda, por lo que, tres años después y tras haber ido a cobrarle incluso al Congreso de la República, a donde no se le permitió la entrada, dice el actor, Diego Andrés tenía lista una demanda.

Entonces, tras el fallecimiento, el papá desahogó su dolor y su rabia primero en una canción y después en un video titulado ‘Sin ética no hay paraíso, diatriba para un falsario’, que desde el pasado domingo tiene enfrentados a Díaz y a Bolívar en las redes sociales.

En la pieza audiovisual se muestra al congresista “haciendo alarde” de sus propiedades, entre las que se cuentan una lujosa casa, un yate y dos vehículos, y asegurando que se siente muy orgulloso de haberlos conseguido “sin haber robado a nadie”, incluido “el Estado”.

Sin embargo, Díaz incluyó también un factura de Condesa por más de $39 millones y un texto donde se asegura que el dueño del mencionado hotel se ha “autoreconectado por tercera vez”.

¿Antes de morir, su hijo le pidió que le cobrara la deuda al hoy senador Gustavo Bolívar?

No, pero en febrero supe que decidió, con un asesor jurídico, poner una demanda al falsario que tenía en una USB desde marzo del año pasado y que por consideración con él no la había puesto, por no perjudicarlo, por darle espacio, por creer en él. Cuando mi hijo fallece, esa acción queda pendiente y no se me ocurrió nada distinto que denunciar públicamente a este sujeto. Lo primero que hice fue una canción, que después se volvió lo que vimos, más música y la denuncia del caso y el llamado a la ética.

Creo que él ha hecho méritos para eso, es un sujeto tramposo, que tiende a ser las trampas por costumbre, ya le conozco varias y aquí están llegando varias personas a las cuales ha tumbado. Él ha amenazado con unas acciones jurídicas en contra mía, porque de pronto lo estoy injuriando, calumniando, dañándole su buen nombre y estoy esperando que lo haga cuanto antes. Es más, lo he retado a que vayamos a un polígrafo, y no se ha referido a eso. Yo les pediría a los lectores que le exigieran a él que se haga la prueba: el que nada debe, nada teme. Y si él dice que está diciendo la verdad, pues yo creo estar diciendo la mía y entonces que el polígrafo hable, pero no ha querido. Se ha puesto a dar explicaciones casi estúpidas, entonces no le voy a parar muchas bolas.

Ojalá rápidamente impetre esas acciones para verme con él en los estrados y hacerle la segunda parte de ‘Sin ética, no hay paraíso’.

Es un nombre fuerte el de su video. ¿Logró descargar todo el dolor por su hijo y la rabia que siente contra el senador petrista?

Por supuesto que la molestia existe. Yo le presenté a mi hijo y después hicieron el contrato que él nunca cumplió y es una deuda de honor. Aquí hay una dignidad en juego, la de él y la mía. Es en memoria de mi hijo, un homenaje que le hago, pero aprovecho la oportunidad para cantarle la tabla a este falsario, contar lo que le hizo a mi hijo, que se conecta fraudulentamente a Codensa, una empresa pública de los colombianos.

Nadie puede maltratar a un pelado, a un emprendedor, como lo ha hecho este tipo incumplido, mentiroso, marrullero, mamagallista. Nadie puede dárselas de santo y hablar contra la corrupción en voz alta y en la práctica ser un corrupto. Esas maneras de actuar en privado, en público se llaman corrupción.

¿Es por eso que usted dice de manera contundente que no cree que Bolívar sea el autor de los libros que ha publicado?

Sí, yo lo he estado observando de cerca. Estaba haciendo este vídeo que se refiere íntegramente a él de principio a fin, y en el camino de la construcción me he dado cuenta de cosas que confirman lo que estoy diciendo, que es un ladrón, un estafador y sabemos que él se convirtió en el número dos después de Petro en el Pacto Histórico, cuando habla lo hace a nombre de Mais y también dice ser vocero de la Colombia Humana. Qué horror un tipo de estos de vocero de estos partidos donde hay gente muy sensata en su mayoría. Los conozco y la gente no es como este tipo, hay gente honrada, pensante, diligente, limpia, honesta. ¿Qué hacen con este cochino?

Entonces para mí es un deber, yo fui concejal de Bogotá durante diez años y activista gremial y político desde el colegio y luego como actor y profesional de las artes. Tengo una hoja de vida limpia y la autoridad moral para someterlo al escarnio público, y por eso lo hago público, porque él es un servidor público elegido popularmente.

¿En qué momento Gustavo Bolívar y Bruno Díaz dejan de ser copartidarios políticos?

En este momento, pero yo no digo copartidarios. Todavía no puedo decir eso, estoy esperando que hable Petro y que se expresen los compañeros del Pacto Histórico. Esto es una cosa ‘intuito personae’, como dicen los abogados, es dirigido específicamente a una persona, no me gustan las generalizaciones, porque eso es más del estilo de las barras bravas: de allá recibimos una piedra que le cayó al amigo de mi combo, y entonces yo devuelvo la piedra pero más fuerte, por reacción inmediata, sin saber por qué fue que le tiraron la piedra al del combo.

Esto va más allá, invito a la reflexión, a pensar en la ética y en el comportamiento de cada uno, a que nos miremos al espejo y nos revisemos todos, independientemente de si somos del Partido Conservador, de la U, Liberal, de la Esperanza. Todo ciudadano debe ser ético y eso debe enseñarse desde chiquito, en la familia, en el ámbito laboral, en el vecindario, en la academia… lo que esta sociedad individualista y consumista ha generado es el codazo, la zancadilla, la avivatada, que empieza por arriba, por el Establecimiento, por los que mandan, y de ahí para abajo, sálvese quien pueda. Si triunfa haciendo trampa, no importa, soy ganador, y este sujeto (Bolívar) es de ese tipo de personas y eso no puede ser. Cuando uno se propone cambios importantes en la sociedad, empiezan por la ética, para que queden bien construidos.

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