Las quejas que ha presentado la comunidad residente en la vereda Loma Grande, en la ciudad de Montería, han trascendido al punto de que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, asumió la competencia sobre el seguimiento y control del relleno sanitario que opera en esta localidad, apartando del caso a la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y San Jorge, CVS.

Para llegar a esta determinación, fue necesaria la realización de varias visitas que estuvieron a cargo de una comisión técnica del ministerio. Según la viceministra de Ambiente, Sandra Vilardy, los hallazgos parecer evidenciar serias problemáticas que se agravan con la intensificación del fenómeno de La Niña.

Ante la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, la funcionaria del Estado explicó que el ingreso de aguas lluvias al relleno sanitario está afectando el caudal de lixiviados, lo cual estaría repercutiendo en el brote de más líquidos de este tipo.

“Identificamos una necesidad de mejorar la cobertura temporal precisamente ante esta temporada de lluvias, y yo ahí quiero ser muy insistente, con el objeto de que esas aguas lluvias no entraran a la gestión de relleno sanitario, pareciera que la realidad climática no fue tenida en cuenta en el manejo del relleno sanitario. Eso lo que ha generado es un aumento de los lixiviados, a mayor precipitación, obviamente los lixiviados van a ser mayores. Ahí vemos que esa ausencia de la cobertura ha afectado ese caudal de lixiviados”, dijo.

Del mismo modo, la viceministra cuestionó el sistema de ósmosis inversa que es implementado por la compañía Urbaser para la recirculación de los lixiviados, precisando que este no es el método más idóneo para la operación de un relleno sanitario.

“Lo que observamos en esa visita técnica es que hay una recirculación de los lixiviados tratados con la planta de ósmosis inversa sobre la masa de los los residuos, esto no es una actividad óptima en el manejo de un relleno sanitario. De nuevo, esto hace parte de una gestión ante un fenómeno climático que era predecible y que no se está dando”, puntualizó.

En su presentación, Vilardy señaló que los puntos explicados con anterioridad terminan afectando a las comunidades aledañas, pues se evidenció una “posible presencia de lixiviados” fuera del área de operación del relleno en cuestión.

“En estas visitas técnicas tenemos varias conclusiones. La primera es que observamos que probablemente existe una presencia de lixiviados en las zonas aledañas al relleno sanitario y eso es crítico, porque ustedes saben que alrededor de la zona hay unas comunidades bastante deprimidas (…) Eso nos muestra que también hace falta una gestión integrada en el relleno sanitario, articulado con los fenómenos climáticos y que, por lo tanto, es necesaria una intervención institucional”, indicó.

En este sentido, las determinaciones de la cartera encargada de los asuntos medioambientales en el país, no solo van encaminadas a tomar la competencia sobre el seguimiento y control de la licencia, sino que además, solicitó al Instituto Nacional de Salud y al Servicio Geológico hacer los análisis correspondientes a las afectaciones que puedan existir sobre los componentes bióticos y abióticos del territorio, posibles contaminaciones al acuífero y a la salud pública.

Asimismo, desde el orden central se hará especial vigilancia a la solicitud de vertimiento que fue hecha por Urbaser, pues la viceministra aclaró que entre el 20 y 21 de octubre, fechas en las que fueron realizadas las visitas técnicas, la compañía operadora del servicio de recolección y disposición de residuos sólidos, no había hecho esta gestión.

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