Pese al traumático arranque del año por el segundo pico de contagios de la COVID-19, que generó nuevas restricciones, las proyecciones de crecimiento para Colombia se mantienen desde las diferentes entidades.

El 2021 ha sido catalogado como el año de la recuperación después del fuerte impacto que generó la pandemia de la COVID-19 en todos los frentes, pero especialmente en la economía del país, que cayó en recesión y que habría cerrado 2020 con una contracción entre un 7 % y 8 %, por lo que se espera un crecimiento significativo en este nuevo año, gracias al rebote que se presentará.

Por lo menos así lo dejan ver las proyecciones que se han presentado hasta el momento. Estas mantienen, pese al traumático inicio de año por el segundo pico de contagios, el Gobierno Nacional, el Banco de la República, los centros de pensamiento e, incluso, los organismos internacionales, los cuales se ubican en promedio en un crecimiento de la economía cercano al 5 %.

El Banco de la República, por ejemplo, proyecta un repunte de 4,6 % para la economía en este 2021, en la misma línea del panorama que plantean organismos internacionales como la Cepal (5,0 %), el Fondo Monetario Internacional (5,2 %), el Banco Mundial (4,9 %); y en la misma tendencia de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), que la ubica en un 5,0 %.

Sin embargo, la pregunta que surge en medio de todo este panorama alentador para la economía (para el país en general) es en qué estará sustentado ese crecimiento y qué condiciones se deben cumplir para que realmente las proyecciones con las que se empieza 2021 se mantengan en esos niveles y no deban ser revisadas a la baja por parte de los diferentes organismos.

El efecto base

Uno de los principales aspectos que se debe tener en cuenta en la recuperación que presentará la economía este año es el rebote que se dará frente a las cifras mostradas en 2020 que tuvo unas caídas muy pronunciadas que llevaron a que Colombia entrará en la segunda recesión de su historia.

Pero allí también hay que tener en cuenta que ese efecto base del que partimos de 2020 también va a impactar buena parte de los crecimientos a nivel sectorial que se van a tener este año, por lo que seguramente se van a observar repuntes importantes en rubros que durante el año pasado tuvieron que pasar las duras y las maduras en medio de la crisis.

Para Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria, este año se podrían destacar los sectores de comercio, transporte y alojamiento. También industria y construcción, que liderarían en su aporte a la recuperación económica. “Este último apoyado por los planes de estímulo de adquisición a la vivienda por parte del Gobierno Nacional y la continuidad en la ejecución de obras públicas”, explica.

Recuperación real

Aunque hay unas proyecciones altas de crecimiento durante este año, es claro que la recuperación de la economía al nivel que se traía antes de la pandemia tardará un poco más de un año.

Hay expertos que consideran que se podría tardar entre dos y tres años para crecer a los niveles que teníamos en 2019, por lo que es importante que el país busque una estabilidad en el crecimiento.

Desde la Andi se vaticina que el país se demorará, al menos, dos años en recuperar las cifras de 2019. Y, por si fuera poco, la trayectoria de crecimiento que se había logrado en los últimos años se recuperará en por lo menos cuatro o cinco años, sobre todo porque el país no había sufrido una pérdida de valor social y económico del tamaño que dejó la pandemia de COVID-19.

En ese sentido es claro que, aunque el país mantuvo en medio de la incertidumbre el grado de inversión por parte de las agencias calificadores, el riesgo de perderlo en 2021 sigue latente y por eso desde finales del año pasado el Gobierno Nacional anunció una reforma tributaria que, sin duda, se presentará a lo largo del año, para que empiece a regir a partir de 2022.

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