Fue un partidazo. Vibrante, emocionante. De toma y dame. Casi de película. Con drama y suspenso, con acción y escenas sorpresivas. En una final de infarto, sobretodo en su segundo tiempo, Atlético Nacional derrotó 4-3 al Deportivo Pereira y se coronó campeón de la Superliga.

El cuadro matecaña, que mostró valentía, entrega y buen juego, se puso en ventaja con dos anotaciones de Juan Pablo Zuluaga en el primer periodo.

Los verdes, con el aliento de su público procuraron reaccionar y descontaron en el marcador con un tanto de Tomás Ángel, el hijo de Juan Pablo Ángel, ex artillero de Atlético Nacional y la selección Colombia.

No obstante, la alegría de esa diana duró poco porque Arley Rodríguez volvió a poner en ventaja a la escuadra visitante.

Nacional no se desinfló y se mantuvo en pie de lucha con Dorian Pabón como bastión y brújula. Pero el Ángel del cuadro local fue el que apareció nuevamente para concretar el 3-2. Tomás logró un golazo y acercó a los pausas al título. 

El partido de ida, en Pereira, había concluido 1-0 en favor de Nacional, por lo tanto un empate le alcanzaba.

Los dirigidos por Alejandro Restrepo estaban bien parados y se la hacían difícil al Verdolaga hasta que el arquero Aldair Quintana se equivocó, fue imprudente al cortar una pelota larga a John Duque y le cometió un claro penalti. El árbitro barranquillero Bismark Santiago, que cumplió un gran trabajo, no lo sancionó inicialmente, pero después de revisar la jugada en el VAR lo señaló de inmediato, sin titubeos y a pesar de los airados reclamos de los aurirrojos.

Dorlan Pabón se paró en el punto blanco y disparó un balazo que venció la resistencia de Quintana, ex-Nacional.

Minutos después, Pabón se inspiró y convirtió un golazo de los que está acostumbrado a marcar con su poderoso remate de pierna derecha. Sacó un zapatazo en diagonal e hizo la pelota inatajable para el guardameta.

Los Matecañas, que vendieron cara su derrota y rozaron la gloria, lucharon hasta el final, pero en vano, la suerte estaba echada, el emocionante duelo se resolvió a favor del anfitrión. 

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