El 10 de la selección Colombia se explayó en insultos contra la fanaticada de la grada que silbó al equipo nacional en Barranquilla en la tarde del 28 de enero.
El enfado de James Rodríguez con el público asistente al estadio Metropolitano de Barranquilla tras la derrota 0-1 contra Perú este viernes 28 de enero se extendió muy cerca de los camerinos de la casa de la selección, específicamente en el momento en que los jugadores abandonaron la cancha y el cucuteño le pidió silencio a un sector de la tribuna que los estaba chiflando y lanzándoles objetos.
En un video exclusivo que publicó la emisora Radio Cenebip de Perú, se aprecia el instante en que el mediocampista del Al Rayyan de Catar camina enfadado y en caliente se queja de los asistentes que abuchearon a la selección Nacional en la derrota contra los incas. Estas fueron las palabras textuales de Rodríguez Rubio devolviéndose a los camerinos de la casa del Junior de Barranquilla:
Nos van a pitar ahora, la puta que los parió… ¡Desagradecidos de mierda!
Ni Reinaldo Rueda ni Juan Guillermo Cuadrado se salvaron de los improperios y además tuvieron que esquivar latas de cerveza y gaseosa, así como botellas de agua que comenzó a lanzar un sector de la multitud enardecida por no sumar ni siquiera un punto contra el combinado dirigido por Ricardo El Tigre Gareca.
Incluso el delantero Miguel Ángel Borja se quedó plantado en la grama observando a la gente y pidiendo clamor y paciencia luego de ver cómo caían objetos contundentes desde lo alto de la grada, todo esto tras unas imágenes en las que James tuvo que abandonar la cancha corriendo al pedirle silencio a los chifladores del Metropolitano, tal como se aprecia a continuación:
El 10 de la selección Colombia reaccionó fastidiado luego de que el público silvara a los futbolistas al término de la derrota 0-1 ante Perú este 28 de enero por las eliminatorias Conmebol rumbo a Catar 2022
Entre ruidos mezclados con la euforia de simpatizantes peruanos que viajaron a Colombia a ver el partido, el futbolista del Al Rayyan de Catar tuvo que apresurar su abandono del campo de juego junto a miembros de logística del estadio e integrantes de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF).
Así se vivió el escandaloso momento y la reacción de la grada cuando James pidió parar la silbatina:
Con un evidente enojo, el jugador movió los dedos y mientras decía claramente que eso no se hace (chiflar a los deportistas). De hecho, antes de entrar a la boca del túnel y bajando las escaleras para llegar a camerinos las cámaras captaron con claridad que el nortesantandereano dijo: “La concha de su madre, ¡no!”.
La acción de James no tardó en desatar críticas en indignación en redes sociales. Personajes como Carlos el » Pibe» Valderrama rechazaron el pedido de silencio de James. Desde Twitter, varios usuarios le reprocharon el querer silenciar al público del Metropolitano.
Y que quiere @jamesdrodriguez que la gente les haga calle de honor, que les tiren flores y los aplaudan? – @SaraZuiga
Lo que hizo James es una falta de respeto con la hinchada de nuestra selección tanto que la hinchada pelaba y exigía que volviera y hoy insulto a los hincha vergüenza – @edwinorlando20
JAMES respete a un país, respete los colombianos, Nosotros tenemos derecho a Silvar a reclamar y a criticar unos jugadores que no sienten la camiseta Ni la respetan, uds son un desastre junto a su entrenador – @ecos0609
James Rodríguez y su mensaje a la hinchada tras la derrota
El 10 de Colombia le pidió a la afición que no los chiflaran y que por el contrario apoyaran, sin embargo en la mañana de este sábado 29 de enero usó sus redes sociales para enviar un mensaje de optimismo de cara al duelo del martes 1 de febrero contra Argentina en Córdoba.
Así se refirió a la particular situación tras los abucheos al interior del estadio Metropolitano de Barranquilla desde su cuenta de Twitter, recalcando que no se ha rendido y él y sus compañeros pelearán la clasificación a Catar 2022 contra la albiceleste de Lionel Scaloni:Nunca me he rendido, nunca me rendiré. Confío en mis compañeros y lucharemos hasta el final. Siempre entregando el alma