El término de la Semana Mayor deja algunos interrogantes en torno a las tradiciones y manifestaciones culturales que se viven en varios municipios. En San Antero, Córdoba, por ejemplo, se gesta todo un festival en torno a la figura de un animal, del burro.

La pregunta que quizás ronda la cabeza de quienes no están familiarizados con esta festividad, tiene que ver con el sentido de homenajear a un animal de carga, que históricamente ha sido empleado como apoyo para la labor campesina.

Y es que para resolver este tipo de interrogantes basta con mirar más allá de lo que representa el disfrute de una fiesta, y voltear la mirada a la esencia misma de la idiosincrasia de estos pueblos.

San Antero posee mar, pero no hace un festival en torno a las potencialidades turísticas de este lugar, sino que lo hace en torno al animal que ha permitido que la ancestralidad agrícola y campesina que ha servido de sustento para su gente se mantenga.

De acuerdo con el gestor cultural, Eustorgio Díaz Sossa, esta se constituye como la razón principal que llevó al primer comité organizador, en el año 1987, a idearse la realización de un festival que llamara la atención y jalonara la visita de cientos de turistas.

A ello se añadió la loca idea que tuvieron un grupo de amigos en una tarde cualquiera de sábado de gloria en el año 1925, de salir con burros disfrazados a recorrer las principales calles del municipio, con un muñeco a bordo bautizado como Judas Iscariote, el mismo que la historia reseña como el traidor de Jesucristo.

“Este grupo de personas empezó a preguntarse sobre qué se podía hacer un festival en San Antero ¿Del cangrejo? En Paso Nuevo ya se hace ¿Del mar? En Santa Marta se realiza ¿Sobre el caballo? No es un símbolo representativo del sananterano”, narró.

“Pero luego miraron que había dos factores muy importantes: el paseo de Judas que ya venía desde el año 25, donde está presente el burro, y que este animal es importante para los campesinos. Por ello se piensa en el festival del burro”, agregó.

A partir de 1987, la gestión de las administraciones municipales fue alimentando la idea con la inclusión de un desfile de comparsas y conciertos, pero en sí, la manifestación cultural más importante de este pueblo consiste en la exaltación de un animal que ha estado relacionado con los sectores sociales más apartados y economía precaria.

Por este motivo, resulta inaceptable decir que San Antero nuevamente canceló su festival al no desarrollar los eventos masivos. San Antero sí tuvo festival, volvió la mirada de todos a su cultura, volvió a reivindicar la figura del burro para el campesino y Judas Iscariote volvió a recorrer sus calles.

Los sananteranos tuvieron en su esencia misma la tradición que los caracteriza.

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