Las elecciones legislativas dejaron dos fuerzas mayoritarias en el Senado, un grupo de quemados encabezado por el Nuevo Liberalismo y una decena de políticos cuestionados que se volvieron a colar en el Congreso. Por primera vez Colombia tendrá 33 senadoras.

La lista cerrada del Pacto de Gustavo Petro alcanzó 16 escaños que lo catapultan como uno de los grupos más robusto de la cámara alta. En el cuatrienio que está por terminar el grupo de izquierda, representado en la Lista de la Decencia, tenía cuatro bancos.

Esa votación le dio paso a Petro para afirmar que, en el Congreso, “el Pacto Histórico ha logrado el mejor resultado en la historia de Colombia”, pero las conjeturas –al menos en número de escaños– no son tan simples porque en 2018 el Centro Democrático consiguió 19 curules, y hasta el Partido de la U llegó a tener 21 en el lapso 2014 – 2015.

Aunque ganadores de la jornada, no tienen el terreno ganado para el próximo gobierno porque los partidos de derecha y centro tendrán más curules: los godos, los liberales de César Gaviria y la Centro Esperanza de Sergio Fajardo se abrieron paso en el tablero.

El Conservador dio un golpe al empatar al Pacto con 16 escaños, mejorando su posición desde los 14 que tuvo durante el cuatrienio que está por terminar. Y las maquinarias del Liberal consiguieron 15 asientos, uno más sobre los que tenían en el lapso que culmina en julio.

La Alianza Verde, que contaba con nueve escaños, mejoró su participación al unirse en la Coalición Centro Esperanza y llegó a 14, el mismo número que tendrá el Centro Democrático. El partido de Álvaro Uribe Vélez cedió un amplio terreno perdiendo cinco de los puestos que había ganado en 2018 y se prepara para tener una reunión presencial en Bogotá este martes.

Esa no es la única colectividad que perdió representatividad. Cambio Radical retrocedió desde 16 asientos a 11, mostrando que ni el llamado que hizo el jefe natural de ese grupo, Germán Vargas Lleras, les sirvió para mantenerse.

Por el lado de La U el relato es similar, pues pasó de tener 14 puestos a 10, a pesar de tener a la popular Caterine Ibargüen como cabeza de lista. La medallista olímpica terminó quemándose en su intento de entrar a la política.

Cerrando este catálogo está la unión de los cristianos, que les dejó 4 escaños, uno para Colombia Justa Libres y tres para el Mira. El Mais y Aico mantuvieron una curul.

El panorama da cuenta de un Senado equilibrado entre diferentes partidos, sin una mayoría robusta y en el que serán clave las disidencias de los verdes, los liberales y Cambio Radical que tienen sus tentáculos en la Centro Esperanza, Equipo por Colombia y el Pacto Histórico.

Cuestionados en el Senado

Entre los ganadores hay nombres polémicos por los cuestionamientos que ensombrecieron sus candidaturas. El primero y más votado de ellos es el cordobés John Moisés Besaile, del partido de La U, quien obtuvo 128.562 votos. Su apellido es conocido porque es hermano de Musa Besaile, involucrado en los escándalos de corrupción del Cartel de la Toga y Odebrecht, con al menos 15 procesos abiertos en la Corte Suprema de Justicia. ¿Curul en cuerpo ajeno?

Sumado a él está otro impresentable, Óscar Barreto Quiroga –exgobernador de Tolima imputado por irregularidades en contratación y con procesos en la Procuraduría y la Corte Suprema de Justicia–, quien con 112.425 sufragios a su favor en el partido Conservador aseguró una curul.

Aparte, Claudia Pérez, del Liberal y ficha de Eduardo Pulgar –condenado a 4 años y 10 meses de prisión–, se llevó 107.748 sufragios. Ella es cuñada del excongresista, pues su esposo es Fredy Pulgar (hermano de Pulgar).

Del mismo partido, otro de los cuestionados que tendrá un escaño es Mario Castaño, quien ganó 67.300. Días antes de la elección se conocieron denuncias sobre su presunta participación en una red en la que habría amañado contratos a dedo para ganarse comisiones millonarias a cambio.

Justo después está Arturo Char, de Cambio Radical, quien mantendrá su escaño habiendo ganado más de 100.294 votos, pese a tener abierta una indagación ante la Corte Suprema de Justicia por presunta compra de votos. Hace menos de dos meses Aída Merlano volvió a prender el ventilador en contra suya y de su hermano, Alejandro Char, por la presunta información que tiene sobre los delitos electorales que el clan habría cometido en la costa.

También lograron entrar tres del Pacto Histórico: Piedad Córdoba –señalada de manipular las entregas de los secuestrados y de ser cercana a Alex Saab, testaferro de Nicolás Maduro–; Iván Cepeda, citado por la Corte Suprema para declarar en la indagación contra Piedad Córdoba, y Álex Flórez, acusado de presunta violencia de género y destituido del Concejo de Medellín por el Consejo de Estado.

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