Los obispos de Colombia reconocieron que se han presentado abusos sexuales en la Iglesia y aseguraron que siguen multiplicando sus esfuerzos para hacer de la institución un lugar seguro para los niños y adolescentes.

Manifestaron que todo caso de abuso sexual es un pecado grave y un delito.

“Pedimos perdón a quienes han sufrido este flagelo y a todo nuestro pueblo. Seguimos asumiendo con firmeza y responsabilidad la debida atención a las víctimas y sus familias. Mantenemos nuestro compromiso para que en cada caso se haga justicia y se promuevan los protocolos de prevención que hagan de nuestras instituciones ambientes seguros”, señalaron en una declaración hecha pública al cierre de la la Asamblea Plenaria número 114 de Obispos en Colombia.

La Conferencia Episcopal se pronunció sobre sus preocupaciones como misión pastoral, entre ellas el fenómeno migratorio, la protección de la Amazonia y la Orinoquia, afianzar la paz y la luchar en contra de los abusos sexuales.

La Asamblea fue presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal monseñor Luis José Rueda Aparicio y por el vicepresidente Arzobispo Omar Alberto Sánchez Cubillos.

Los representantes de la iglesia católica, expresaron frente al fenómeno migratorio que, pese a que las fronteras han sido abiertas, tales medidas no han logrado mitigar el sufrimiento de quienes migran y este fenómeno se agrava por el desplazamiento interno de nuestros compatriotas a causa de la violencia.

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