El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue víctima de violaciones a sus derechos humanos al ser capturado el martes -luego de que EE.UU. solicitara su “arresto provisional” y lo acusara de tres cargos asociados a narcotráfico y armas-, dijo su esposa, Ana García. 

”Mi esposo el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández Alvarado, fue detenido bajo un proceso que violentó el derecho a la dignidad humana y el estado de inocencia ampliamente garantizados en la Constitución de la República y los tratados internacionales suscritos por el Estado de Honduras en materia de derechos humanos”, indicó en un comunicado la también exprimera dama del país.

Agregó que es de conocimiento nacional e internacional que antes, durante y después de la detención de su esposo, hubo una exposición pública ilegal, violando flagrantemente sus derechos elementales y su dignidad como persona humana.

García señaló que al expresidente se le trató “de una forma cruel y degradante evidenciada con una sobreexposición al público a través de medios de comunicación, incluso utilizando drones que sobrevolaron nuestra casa invadiendo de forma abrupta nuestra privacidad, aún la de nuestros vecinos, sin tener en cuenta el principio del estado de inocencia que le asiste a toda persona humana”.

Afirmó además que “durante más de 17 horas enfrentamos el horror, temimos por nuestras vidas e integridad física sufriendo el asedio constante de más de 600 agentes de seguridad”.

Eso representa “una fuerza desproporcional, porque las autoridades correspondientes tenían pleno conocimiento que en nuestra casa estábamos solamente los abogados defensores, dos miembros de la Guardia de Honor Presidencial, el personal de apoyo en nuestra vivienda, Juan Orlando y yo”, subrayó.

García también expresó que el proceso de detención de Hernández se realizó bajos acciones degradantes e inhumanas, mostrándolo a todas las cámaras de la mismas fuerzas de seguridad, además de la imposición de cadenas y grilletes.

Después fue presentado en una estación policial “a los medios de comunicación, en una tarima como un trofeo a exhibir y en presencia de las máximas autoridades de la Policía Nacional”.

Además, se le irrespetó “el derecho de su propia imagen sometiéndolo a pruebas médicas, obligándolo a exponer su cuerpo en presencia de todos los medios de comunicación”, enfatizó.

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