Una playa de Valencia amaneció ayer con 53.000 banderas de España, una por cada fallecido por COVID-19.

La capital de España y nueve grandes municipios limítrofes, todos afectados gravemente por la segunda ola de COVID-19, afrontan hoy el primer día laborable de prohibición de entrada y salida de personas de estos núcleos urbanos, salvo causa justificada, para contener la alta transmisión del coronavirus.

Las restricciones aplicadas en la región de Madrid, decididas por el Gobierno de la nación, pondrán a prueba la circulación de automóviles en una amplia zona de elevada concentración poblacional, con cerca de cinco millones de habitantes.

A ellos se unen los cientos de miles de trabajadores que llegan diariamente de otras localidades madrileñas y de regiones colindantes.

Según los datos oficiales, España sobrepasa los 32.000 fallecidos y sigue a la cabeza de la Unión Europea en contagios acumulados (unos 800.000), con 269,5 infectados nuevos por cien mil habitantes en 14 días, por delante de Francia (225,4).

Normalidad ciudadana

Las medidas restrictivas se aplican con normalidad en la capital y los otros nueve municipios del sur y del este que están confinados perimetralmente desde la noche del viernes. Estarán vigentes al menos 14 días prorrogables, en función de cómo evolucione la situación epidémica de Madrid.

Las entradas y salidas están prohibidas, excepto por motivos laborales, médicos, de estudios y fuerza mayor, entre otros.

También se restringen las actividades sociales, religiosas y comerciales, con limitación del número de personas reunidas y de horarios para prevenir el contagio.

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