Hoy se cumplen 35 años del violento ataque sicarial que le costó la vida a Don Guillermo Cano Isaza, un maestro del periodismo que no se dejó amilanar de las amenazas y la presión ilegal más fuerte que haya sufrido Colombia bajo el terrorismo de Pablo Escobar y del que los medios de comunicación no fueron excluidos.

El único medio que se atrevió a enfrentar a ese terrorismo desde la pluma argumentativa y de investigación, fue el Diario El Espectador, bajo la dirección de Guillermo.

A las 7:15 de la noche del miércoles 17 de diciembre de 1986 la mafia, el narcotráfico, el terrorismo de Pablo Escobar y el cartel de Medellín acabaron con su viuda.

Se había cumplido el vaticinio que el propio Guillermo Cano cuando le dijo a la periodista Cecilia Orozco 24 horas antes en la sede del diario. “Yo salgo aquí del periódico por las noches y no sé qué va a pasar”.

El Espectador hace memoria del hecho, lo recuerda como un ejemplo valeroso pero también hace un serio reclamo. “La gravedad de lo sucedido ese día es apenas comparable con lo que vino después: promesas de justicia que no se cumplieron; y nuevos asesinatos, amenazas y exilios a la gente de El Espectador para borrar su resistencia. Todo para enmarcar la impunidad y enrostrársela a una sociedad amedrentada. Una horrible y larga noche que logró cambiar la historia de Colombia, sin que muchos dijeran nada. Contra el olvido y la desesperanza, en favor de la justicia y la verdad, Guillermo Cano fue uno de los que no calló y por eso merece siempre ser recordado, así sea cada 17 de diciembre de su sacrificio, en la antesala de la Navidad”.

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