Según el primer mandatario, las ganancias de las exportaciones de esta planta deberían ser para los campesinos de zonas como Cauca y no para las multinacionales extranjeras.

El debate sobre la legalización del cannabis vuelve al ruedo por cuenta del presidente Gustavo Petro, quien puso sobre la mesa la reglamentación de esta planta para uso recreativo e industrial en beneficio de los campesinos productores. Así lo indicó durante su primera visita a Quibdó como presidente electo y en el marco de la Cumbre de alcaldesas y alcaldes del Pacífico, que también tuvo entre sus invitados a la vicepresidenta, Francia Márquez. 

En esta ciudad, donde también realizó su primer consejo de seguridad como mandatario, sugirió que la legalización sin licencias traería una gran ventaja económica no solo para el país en general, sino para campesinos de departamentos como Cauca. 

“¿Qué pasa si se legaliza el cannabis en Colombia sin licencias, como sembrar maíz, papa? Con eso vemos si se exporta eso y nos ganamos unos dólares, porque en buena parte de la humanidad es legal”, cuestionó el primer mandatario, añadiendo que es el campesinado el que se debe beneficiar económicamente con esta medida y no las multinacionales extranjeras.

“Qué, ¿va a ser la multinacional canadiense la que se quede con los dólares y haga las plantaciones de cannabis, o van a ser los campesinos del Cauca?” añadió Petro en medio de aplausos de los asistentes a un encuentro, en el que también estuvieron presentes varios dirigentes de los departamentos del Pacífico.

Petro Urrego también se refirió a quienes fueron criminalizados por plantar cannabis en sus territorios y que actualmente cumplen condenas en centros reclusorios. Al respecto, dijo que en un escenario en el que se legalice la siembra de estos cultivos en grandes proporciones, hay que eliminar la estigmatización y persecución judicial.

“Qué, ¿y entonces si vamos a legalizar el cannabis, vamos a mantener a toda esta gente presa en las cárceles hacinadas?, ¿o llegó el momento de soltar mucha gente de las cárceles simplemente porque se les criminalizó por algo que en buena parte de los Estados Unidos es legal?” preguntó el presidente; incluso, sugirió que esta medida debe ir de l a mano con la desmovilización de grupos armados para hacer las labores de cultivo en zonas como el Litoral Pacífico.

En ese sentido, planteó la posibilidad de unificar la población de Tumaco y Buenaventuratras la desmovilización de agentes armados que controlan esta zona para el tráfico de cocaína y que, en cambio, quienes habiten en estas zonas mejoren su economía a través del cultivo de cannabis. También dijo que la fracción de Litoral Pacífico que queda en Colombia es la más pobre del mundo.

“Reunamos la gente, incluso que lleguen desarmados los que están armados. ¿Nos vamos a matar en la región más pobre del Litoral Pacífico del mundo o no hay una oportunidad mucho más rentable de ligar a Buenaventura y Tumaco en manos de su población?”, añadiendo que el vecino de Buenaventura es Japón y, en ese sentido, plantear alianzas económicas con ese país en beneficio de esa zona del suroccidente colombiano.

Posteriormente, le encomendó públicamente a la vicepresidenta la misión de trabajar para superar la inequidad y desigualdad existente en el Pacífico, concretamente en Chocó y el puerto de Buenaventura.

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