El 40,5% de los ciudadanos del país está dispuesto a aplicarse la inmunización.
España llevará a cabo un registro de las personas que rechacen vacunarse contra la COVID-19 y lo compartirá con otros países de la Unión Europea, aunque sus datos no se harán públicos, afirmó este lunes el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
En una entrevista a la televisión La Sexta, Salvador Illa insistió en que los españoles no estarán obligados a vacunarse contra el coronavirus.
Con los que no quieran vacunarse, «lo que se va a hacer es un registro que, además, se va a compartir con otros socios europeos (…), con aquellas personas que se les ha ofrecido y, simplemente, lo han rechazado», explicó.
«No es un documento para hacer público y se va a hacer con el máximo respeto a la protección de datos», añadió.
Según un sondeo reciente del instituto demoscópico público, un 28% de españoles se muestra contrario a vacunarse de inmediato, contra un 40,5% que está dispuesto a hacerlo ahora y un 16,2% que cuenta con hacerlo si el fármaco «tiene garantías» y «es fiable».
Estos porcentajes de aceptación aumentaron significativamente respecto a los resultados del sondeo realizado en noviembre, cuando un 47% de los encuestados no quería vacunarse.
«Me parece que a estas alturas todos vemos que la forma de derrotar al virus es vacunarnos todos o cuantos más, mejor», aseguró Illa.
La vacuna fabricada por los laboratorios Pfizer y BioNTech empezó a administrarse el domingo en numerosos países europeos.
España, que oficialmente contabiliza unos 50.000 fallecidos y más de 1,8 millones de contagiados desde el inicio de la pandemia, empezó también el domingo a inmunizar a su población, dando prioridad a los residentes y trabajadores de geriátricos.
El gobierno confía vacunar entre 15 y 20 millones de personas, sobre una población de 47 millones, durante el primer semestre de 2021, incluso 2,5 millones antes de finales de febrero.