En 2021, unos 15.000 hombres y mujeres tienen que cumplir este deber en el país.
Para reducir el riesgo de propagación de la COVID-19 en sus casernas, el Ejército suizo decidió que varios miles de reclutas empezarían su servicio militar en casa.
«Es bastante novedoso», admite Daniel Reist, portavoz del Ejército, contactado por la AFP, pero en estos tiempos de pandemia, «se ha adoptado esta solución ideal».
Considerado uno de los pilares de la nación, el Ejército suizo se organiza como una milicia: dirigidos por varios miles de profesionales, los reclutas efectúan un servicio militar de cuatro meses como mínimo, y luego todos los años participan en sesiones de entrenamiento de tres semanas.
Este año, unos 15.000 jóvenes, hombres y mujeres, tienen que cumplir su servicio militar.
Pero el Ejército teme que, si entre ellos hay varios casos de COVID-19, no tenga la capacidad de gestionarlo.
La entrada física a la escuela de reclutas «se ha escalonado para garantizar que cualquier recluta con test positivo de COVID-19 sea tratado de forma óptima y que se puedan aplicar correctamente las medidas de aislamiento y de cuarentena», explica el departamento federal de Defensa en un comunicado.
Un primer grupo, entre los que figuran «reclutas sanitarios», cuya movilización es más urgente para reforzar las tropas ya desplegadas en los hospitales suizos, entrará en caserna el lunes.
«Teleservicio militar»
Pero unos 5.000 de los 15.000 reclutas de este año tendrán que esperar para despertarse con el toque de diana.
Comenzarán su formación en casa durante tres semanas, antes de poder acceder a la caserna, en una especie de «teleservicio militar», como lo ha llamado el diario Le Temps en un artículo titulado «La llegada del militar de sofá».
«Esta semana recibieron todos el programa, son módulos (…), que deben hacer en casa, un trabajo teórico, en la pantalla», explica Reist.
Los temas van desde el funcionamiento de su arma de servicio, hasta el reglamento militar o la protección sanitaria, pasando por los capítulos sobre armas bacteriológicas y químicas.
«Partimos del principio de que alguien que sigue las lecciones con seriedad necesita seis horas de teletrabajo al día», señala el portavoz.
El programa también incluye «cuatro horas de entrenamiento deportivo por semana».
Este periodo de tres semanas se contabilizarán en los días de servicio y como tal será remunerado.
«Jugar a policías»
Algunos encuentran divertida la iniciativa, como un internauta que habla de «la guerra desde el sofá».
Para otros, el dispositivo es un poco somero. Es el caso de Stefan Holenstein, presidente de la sociedad suiza de oficiales, citado en Le Temps: «Entiendo que actualmente se tenían que hacer concesiones poco convencionales pero soy escéptico. El servicio militar tiene un carácter práctico y social que no puede sustituirse con el e-learning».
Al militar también le preocupa la falta de control de esta formación.
«No podemos jugar a policías» en los domicilios de estos 5.000 reclutas, admite Reist «pero está claro que hay algunas reglas» y que «el sistema detecta si alguien nunca ha entrado en él».
Además, a su llegada a la caserna, tres semanas después, habrá exámenes para analizar sus conocimientos.
«Los que no aprueben no tendrán tantos permisos para salir», advierte.AFP