Donald Trump, en su versión recargada, avanza con fuerza en las primarias de Estados Unidos en su carrera por la Casa Blanca. Es un candidato amado y odiado en Estados Unidos, aún con una fuerte popularidad, pero que genera gran incertidumbre.

Hay un tema que ya lleva muchos meses ocupando titulares y está centrando la atención mundial. Se trata de las próximas elecciones estadounidenses y la posibilidad de un segundo mandato de Donald Trump.

De hecho, hay quienes aseguran que estas elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían ser las más importantes en un siglo, no sólo para este país, sino también para el mundo, lo cual probablemente no está muy lejos de la realidad. Además, hay que tomarse en serio la posibilidad de que el próximo presidente de Estados Unidos sea alguien que dividiría a Occidente.

El exmandatario Donald Trump enfrenta varias causas judiciales, pero espera superarlas antes de las elecciones del 5 de noviembre próximo.
Lo cierto es que la perspectiva de una victoria del polémico exmandatario estadounidense abre un escenario mucho más complicado, por sus tensas relaciones con China, su posible cercanía a Rusia, sus planes de cero tolerancia contra la migración, su idea de rebajar el apoyo militar y financiero a Ucrania y sus complejas relaciones transatlánticas con los aliados tradicionales de Estados Unidos.

Hay que recordar que hace apenas unos días Trump invitó al presidente ruso Vladimir Putin a invadir a algunos de los aliados de la Otan si tienen pagos retrasados, a lo que el Gobierno de Joe Biden reaccionó afirmando que está enviando al mundo entero una “señal peligrosa”.

La táctica por líos jurídicos
El expresidente y posible candidato republicano a la Casa Blanca quiere a toda costa evitar ser juzgado por el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 antes de los comicios del próximo 5 de noviembre.

Una eventual victoria de Trump en las urnas sobre el actual presidente, el demócrata Joe Biden, lo situaría como jefe del Ejecutivo y le otorgaría la autoridad para ordenar a su fiscal general que desestime los cargos federales en su contra.

En ese sentido, Lawrence Gumbiner, exdiplomático norteamericano y consultor internacional, considera que la táctica de Trump frente a sus numerosos retos jurídicos es intentar demorarlos todo que pueda para que los juicios no se lleven a cabo durante la campana electoral.

Es decir, “va a apelar cualquier decisión para lograr eso. (Trump) está contando que la Corte Suprema, con mayoría conservadora (tres de los nueve fueron nombrados por él) va a fallar a su favor. Cada una de sus apelaciones se tiene que analizar independientemente porque surgen de circunstancias jurídicas individuales”.

De hecho, selló un importante triunfo en sus aspiraciones de regresar a la Casa Blanca, luego de que la Corte Suprema anulara este lunes por unanimidad una decisión judicial que lo había excluido de la papeleta electoral del estado de Colorado y Maine para que rinda cuentas por el asalto al Capitolio.

Trump no tardó en reaccionar a este espaldarazo de la máxima corte, al asegurar que “un presidente necesita ser libre” para ejercer su cargo.

Al respecto, Gumbiner explica que “normalmente a los cortes no les gusta quitar una candidatura a menos de evidencia extrema, prefiriendo ofrecer al público estadounidense el derecho de votar”.

No obstante, el camino no es fácil, señala Gumbiner, pues “cada uno de sus apelaciones tiene que analizarse independientemente porque surgen de circunstancias jurídicas individuales”.

Con respecto a su argumento de que tiene inmunidad (en el juicio sobre los acontecimientos del 6 de enero de 2021), el consultor norteamericano ve poco probable que tenga éxito, recordando que la decisión de la corte anterior fue unánime (3-0) y fue una decisión bien analizada.

Trump tiene varios escollos a superar. Gumbiner se refiere a las cuatro acusaciones jurídicas en su contra: conspiración para defraudar a Estados Unidos, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción e intento de obstruir un procedimiento oficial y conspiración contra los derechos de los ciudadanos.

“Va a haber mucho esfuerzo de parte de los fiscales para llevar a cabo los juicios durante la campaña”, subraya el exdiplomático a Vanguardia.

Si bien a los ojos de la base de Trump las acusaciones son evidencia de “persecución política”, para el votante independiente, especialmente en los “swing states”, no es necesariamente así, agrega.

Ahora bien, Gumbiner advierte que si Trump sale airoso de todas las acusaciones, va quedar fortalecido, pero si hay un fallo contra él, y posiblemente una carcelación, eso, sin duda, va a dañar a su campana electoral.

Las cosas no están fáciles para Biden
En cuanto a los problemas que tiene el presidente Joe Biden para lograr la reelección, enumera en primer lugar su edad.

Con 81 años las preocupaciones sobre su estado mental son legitimas. Más aún cuando en sus apariencias recientes ha aparecido a veces confundido. En ese orden de ideas, recalca que “Biden va a tener que convencer al publico que esta bien mentalmente, y va a tener que aparecer mas en foros públicos para hacerlo”.

EE.UU. celebra este 5 de marzo el ‘Supermartes’, fecha crucial para las elecciones primarias, en la que se votará en 15 estados, incluidos Texas y California. Trump es el favorito entre los republicanos.
Por otro lado, señala la economía, en este momento, aunque las estadísticas muestran una economía fuerte, el publico no esta “sintiendo” los beneficios. Mucho tiene que hacer con la inflación y los precios en los mercados, sentencia Gumbiner.

Frente a la migración, que se ha convertido en el tema estrella de la campaña a ocho meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, estima que es un problema que ha llegado a niveles inaceptables para la mayoría de la ciudadanía.

“Ya no es un tema de los estados fronterizos, sino de todo el país”, destaca el consultor.

Polarización política
En este nuevo marco de elecciones que se avecinan en Estados Unidos y que además incluye a los países europeos para el próximo año, lo que se evidencia es efectivamente un auge de polarización política, anota Suelen Castiblanco, investigadora y profesora asociada en la Universidad La Salle.

La gente parece, sobre todo en los países desarrollados, estar dispuesta a apoyar gobiernos fuertes, una línea dura frente a lo que ellos consideran problemas de seguridad, aún cuando vaya en detrimento de la democracia.

Y es justamente eso, a juicio de Castiblanco, lo que está pasando con Donald Trump en EE.UU. y sus triunfos en las primarias republicanas. Cuanto más lo acusan, más sube en las encuestas.

Ahora bien, la docente de La Salle recuerda que Trump mostró ya en su primer mandato que es un “presidente impredecible, es un presidente que además no tiene problema en apoyar candidatos que sean autocráticos o incluso que tengan regímenes casi dictatoriales como, por ejemplo, su cercanía o simpatía con Rusia”. No lo preocupa que ocurra un distanciamiento con la Otan y dejar de ayudar a Ucrania en su guerra contra el Kremlin.

Un escenario de incertidumbre
Lo mismo opina David Castrillón-Kerrigan, profesor e investigador de la Universidad Externado de Colombia, quien asegura que una posible segunda administración Trump va a estar caracterizada por la incertidumbre debido al carácter del magnate y de quienes lo rodean.

Así, pues “no es difícil predecir cómo serán esas relaciones internacionales con Trump de nuevo en el poder”, dice. Lo resume como bastante “unilateralista y aislacionista” .

Esto, afectaría a países europeos de la Otan y a Taiwán, como parte de esta postura y disposición a dialogar de Trump con Putin, pero también China juega un rol clave en la turbulenta geopolítica mundial, comenta Castrillón-Kerrigan.

Si hay una cosa predecible sobre Donald Trump es que es muy impredecible, apunta Lawrence Gumbiner.

Los expertos señalan que estos meses Trump combinará un discurso populista y antiestablishment, mostrándose como un hombre fuera de la política tradicional, algo que le dio buen resultado.

“A él le encanta decir y hacer cosas espantosas y generar reaciones. Quien hubiera imaginado una reunión entre él y Kim Jong-un de Corea de Norte, o que tendría una mejor relación con Andrés Manuel López Obrador, presidente izquierdista de México que el mismo Biden. Entonces, muy difícil analizar la seriedad sobre sus comentarios”.

Más allá de los líos jurídicos, Donald Trump sigue firme e imperturbable en su carrera hacia la Casa Blanca, demostrando que tiene su base más fuerte que nunca, sumando adeptos; mientras la reelección de Biden está en aprietos a medida que pasa el tiempo.

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