Se conoció que la pareja estaba atravesando por un agitado proceso de divorcio que esta semana se suponía llegaría a buen término.

La mañana de este miércoles será recordada por los habitantes del barrio Buenavista, en la localidad de Usaquén, como una de las más violentas, y sobre todo tristes, de los últimos años, todo por cuenta del feminicidio que se registró en una casa.

Y es que cerca de las 6 de la mañana ocurrió un escalofriante caso de homicidio en la vivienda de una familia del sector. Un hombre de 47 años, en un inexplicable acto, asesinó a su pareja sentimental tras propinarle múltiples heridas de arma blanca en varias partes de su humanidad; y tras cometer el atroz acto, procedió a herirse de muerte para acabar con su vida. Un hijo de la pareja fue quien se encontró con la aterradora escena y alertó a las autoridades.

Aciago amanecer…
Cerca de las 6 de la mañana, uniformados adscritos al CAI Codito recibieron una llamada que daba cuenta de un execrable acto al interior de una vivienda ubicada sobre la Carrera 4B con Calle 190. En una vivienda del sector, un hombre, cuchillo en mano, acababa de atacar a su pareja sentimental causándole la muerte. El hombre, según la alerta, se había causado heridas letales y aún se encontraba con vida. Los uniformados asistieron de inmediato. La escena era inenarrable.

En una de las habitaciones de la vivienda se encontraba el cuerpo sin vida de Bertha Vega, quien falleció a los pocos minutos de que su pareja, al parecer poseído por los celos, se ensañara contra su humanidad y le propinara cruentas heridas.

A pocos metros de la mujer se encontraba su agresor, que fue identificado por las autoridades como Eduardo Leonardo Villamil, y quien tras causarle la muerte a su propia esposa procedió a clavarse el mismo puñal que usó para matarla en su propio cuello. La pavorosa escena fue descubierta por el hijo de la pareja y fue él quien dio aviso a las autoridades.

Cuando los uniformados llegaron, el agresor estaba en su lecho de muerte y fue rápidamente auxiliado por los policías, quienes lo trasladaron de urgencia al hospital Simón Bolívar a donde llegó sin signos vitales luego de las profundas heridas que se causó a sí mismo.

“Ella era muy decente. Uno la miraba ahí en la entrada de su casa muy normal, una mujer dedicada a sus hijos y a sacarlos adelante, acá ninguno da crédito a semejante tragedia, no sabemos ni qué pensar al respecto, muy triste por los hijos, trataremos de acompañarlos y apoyarlos en lo que más podamos, es una noticia muy fuerte”, nos contó ayer una vecina.

Q’HUBO conoció que la pareja estaba atravesando por un agitado proceso de divorcio que esta semana llegaría a buen término. Ellos vivían bajo el mismo techo, junto a sus dos hijos, pero hacía un buen tiempo no compartían como pareja. Cuentan allí que el ataque se debió a la negativa del agresor a aceptar el divorcio y, en represalias, mató a la que esta semana sería legalmente su expareja. Incluso, pudimos establecer en diálogo con un uniformado que conoció el caso que el hombre habría manifestado que “si su mujer no era para él, no sería para nadie”.

“El señor venía y compraba sus cositas para la casa, para los desayunos y esas cosas… esa era nuestra relación con él, de tenderos y clientes. Lo único que podemos decir es que era una persona muy amable, con nosotros siempre fue muy respetuoso, no podemos decir que fuera una persona agresiva ni irrespetuosa, sino más bien todo lo contrario”, le dijo ayer a este diario, muy consternada, una tendera de la zona, cuyo local comercial queda en los alrededores de donde ocurrió el muy triste y lamentable hecho.

Si bien para las autoridades ya está claro cómo se desarrolló todo, se espera que los testimonios y las pruebas recolectadas en la escena del crimen les proporcionen suficiente acerbo investigativo para esclarecer el trasfondo del fatídico hecho sucedido la mañana de ayer.

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