Por Carlos Ordosgoitia Sanin
Alcalde de Montería

Desde el temprano discurrir de nuestro gobierno, transitando a estas alturas de las calendas por un atardecer sereno y reflexivo, hemos ejercido en todo momento un gobierno abierto, a través del cual vislumbramos una noción filosófica de cómo gobernar y, por consiguiente, establecimos una modalidad de gestión pública más trasparente, participativa, colaborativa y empática, entre el Gobierno de la Gente y la sociedad civil.

Por este motivo, la efectividad de este modelo de gobernanza propuesto se debe a la colaboración y participación inédita de la ciudadanía en la elaboración de políticas públicas encaminadas al desarrollo y bienestar social de los monterianos. Nada de lo que hemos logrado hubiera sido posible sin el entrelazamiento entre cada comunidad y nuestro equipo de trabajo.

El empoderamiento que hoy tiene cada monteriano sobre los temas de ciudad es la base fundamental del desarrollo que hemos proyectado para los siguientes 26 años. En nuestra administración ha quedado demostrado que la mejor manera de gobernar es abriendo los espacios necesarios para que la ciudadanía y los diferentes colectivos civiles organizados expresen sus necesidades.

Los resultados obtenidos están a la vista. Pese a las dificultades que tuvimos que afrontar durante la pandemia, sacamos adelante grandes proyectos que serán determinantes para el desarrollo económico, social y cultural de Montería, Córdoba y el Caribe.

Durante estos tres años y medio hemos cerrado inmensas brechas sociales y saldado deudas históricas, gracias a que entendimos lo que no habían querido entender en décadas anteriores. La clave del desarrollo no parte de las vanidades y egos sino del consenso con la gente.

De ese diálogo ciudadano surgieron las obras de Cemento con Corazón, que hemos llevado a más de 150 sectores en barrios y corregimientos; la construcción de políticas sociales para la defensa de las garantías y los derechos de todos los colectivos ciudadanos; la articulación de acciones y programas en mesas de construcción y desarrollo urbanístico, y las inversiones que hemos hecho en el casco urbano y el campo. Este último, donde por primera vez en la historia un gobierno con voluntad decidida destinó el 40 % del presupuesto para mejorar la infraestructura educativa, el apoyo a los pequeños y medianos productores y el mejoramiento de las vías rurales en un 200 % más que la sumatoria de lo realizado en los últimos 20 años.

La Universidad del Sur, la Ronda de la margen izquierda, la Villa Olímpica de Occidente, el CDI de Los Araújos, el comando de Policía de Occidente, la nueva sede del Sena, el Tercer Puente sobre el río Sinú, las nuevas sedes de los colegios de Aguas Negras y El Cerrito, la ampliación del sistema de bicicletas públicas Bisinú, más de 95 km. de pavimentaciones urbanas y rurales, más de 600 km. de vías terciarias mejoradas, más de 140.000 metros cuadrados de espacios públicos construidos, son producto de lo que la gente nos pidió.

No nos cansaremos de escucharlos y es por eso que, además de las mesas de construcción permanente que adelantamos con las comunidades, iniciamos los diálogos ciudadanos “Montería Grande 2050”, con el objetivo de construir un documento que recoja las ideas de los habitantes de las comunas y la zona rural, sobre la ciudad que visionan durante las próximas dos décadas y media.

Con estos diálogos queremos estructurar una hoja de ruta, que sirva de guía para la construcción de los planes de desarrollo de las próximas administraciones. Documento que, junto con la implementación del catastro multipropósito, será determinante para el crecimiento ordenado y sostenible de la ciudad, basado en los aportes ciudadanos.

“Montería Grande 2050”, además busca dejar consolidada una plataforma de pensamiento local, regional y nacional, a partir de las experiencias significativas de Montería; en la que se estimule de manera permanente la participación ciudadana en el aporte de soluciones a los problemas e ideas para la construcción del futuro de la ciudad, porque el diálogo social debe ir más allá y debe ser un catalizador de las aspiraciones sociales de cada monteriano.

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