Egan Bernal terminó en lo más alto del podio en Milán. El ciclista del Ineos cumplió su sueño y gran parte de éste se lo debe a su equipo. Especialmente, a uno de ellos. Su compatriota Daniel Felipe Martínez, quien fue su mejor escudero en los momentos más duros a lo largo de todo este recorrido de la edición 104 del Giro de Italia y, al final, se convirtió en el héroe detrás de este importante triunfo del capo del Ineos, al darle un golpe de confianza en este tramo final.
Y es que el trabajo de Martínez hay que resaltarlo. Bernal encontró en él un compañero que lo dejó todo en la carretera para que él se vistiera de rosa al cierre del Giro de Italia, algo que Egan reconoció en todo momento, pues sabe que “nunca se guardó nada para él mismo”.
Así lo demostró Dani, principalmente, en el tramo final de la Corsa Rosa. Él siempre fue su último escudero y el que le marcó el ritmo rumbo a la meta de las etapas más duras. En la etapa 17, Bernal encontró a su ‘ángel de la guardia’ en Martínez, quien lo acompañó y lo animó en el momento de mayor flaqueza, en el ascenso al Sega di Ala, donde ciclistas como Simon Yates aprovecharon para ponerlo en jaque.
Pero eso no fue todo, aunque el trabajo que realizaron cada uno de los miembros del equipo fue clave para que pudiera ganar su primer título del Giro de Italia, lo hecho por Martínez en el Alpe Motta, donde él solito se encargó de sacarle rivales de encima a Bernal en este duro puerto de montaña, y facilitarle un remate con más fueras al ‘Joven Maravilla’. / AFP