La vida de Britney Spears cambió para siempre. Después de 13 años, la jueza encargada de su tutela suspendió al padre de la artista, Jamie, como tutor personal y financiero de su vida, la cual era, según reconocía ella misma el pasado mes de junio delante de la jueza, una continua sucesión de abusos que ya no se sostenía en pie.

Aunque esta victoria legal tiene matices: su padre ha sido apartado de su vida, y posiblemente será investigado, pero la tutela aún se mantiene vigente con un profesional elegido por ella y su abogado al frente.

El siguiente paso, según comunicó su defensor en las puertas de los tribunales de Los Ángeles, es terminar de forma definitiva con esta tutela en la próxima cita en la Corte el próximo 12 de noviembre.

Y mientras esto sucedía, Britney y su prometido, Sam Asghari, que apoyaba públicamente la decisión de la jueza, se encontraban lejos de Los Ángeles. Según publicaba la propia artista y cercioraba el medio ‘Page Six’, los ‘tórtolos’ habrían decidido irse de vacaciones mientras se tomaba la decisión judicial, para así celebrar la victoria cuando ocurriera y desestresarse mientras tanto. Asimismo, cuando el abogado le daba la excelente nota a la intérprete, esta “se rompía y comenzaba a llorar”.

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