Al menos once personas fueron asesinadas en tres masacres reportadas este lunes por la policía en diferentes puntos de Colombia, en medio de una de las peores arremetidas de grupos armados desde que se firmó la paz con la guerrilla Farc en 2016.
Las matanzas –u homicidios de tres o más personas en un mismo evento– ocurrieron en los últimos tres días en los departamentos Antioquia, Bolívar y Cesar.
En el primer hecho, cinco personas fueron asesinadas este lunes «presuntamente por un grupo armado» en un paraje del municipio de Zaragoza, Antioquia, indicó en rueda de prensa el coronel Ever Gómez, comandante de policía regional.
También este lunes, tres hombres murieron en un ataque armado en el municipio de Simití, Bolívar. Las muertes «ya están confirmadas, pero apenas están identificándolos», dijo a la AFP el servicio de prensa de la policía.
De acuerdo con lo que señaló en Twitter la Agencia Prensa Rural, miembros de comunidades aledañas denunciaron «la presencia de grupos armados en la zona cercana a donde fueron asesinados 3 líderes sociales».
En tanto, la policía dio cuenta de un ataque armado ocurrido el viernes en Aguachica, César. Una pareja de venezolanos falleció ese día y una tercera víctima murió este lunes a consecuencia de las heridas sufridas en la misma acción.
Según expertos, Colombia asiste a un nuevo ciclo de violencia que se evidencia en el repunte de masacres, cuando el país pensaba haber pasado la peor página del conflicto con el desarme de grupos paramilitares en 2006 y la firma de la paz con las Farc, diez años después.
Entre el 1 de enero y el 17 de agosto de este año, la ONU documentó 33 masacres en diferentes regiones, contra 36 en 2019, 29 en 2018 y 11 en 2017. Desde entonces, autoridades han registrado al menos 12 matanzas adicionales.
El gobierno culpa a los grupos armados que se financian del narcotráfico de estos hechos violentos.
Aunque al acuerdo con las Farc redujo la violencia política, Colombia vive un conflicto que en casi seis décadas ha opuesto a agentes estatales, guerrillas, paramilitares y narcos, dejando más de nueve millones de víctimas, en su mayoría desplazados.