A pesar de que el gigante asiático vive un repunte de contagios de la COVID-19 y ya es el segundo lugar con más casos en el mundo, cerca de 600.000 personas se reunieron ayer en un evento religioso.
La India marcó ayer un nuevo récord con más de 184.000 casos diarios de covid-19, un nuevo pico en esta segunda ola que se expande cada vez más rápido, mientras los hindúes celebran el mayor festival religioso del mundo, que reúne a multitudes de fieles a las orillas del río Ganges y que ya deja unos 1.000 contagios.
Los 184.372 nuevos casos confirmados en las últimas 24 horas son el peor registro del país desde el principio de la pandemia, casi doblando los peores números registrados en septiembre pasado cuando el segundo país más poblado del mundo atravesó el pico de su primera ola.
Con 13,8 millones de casos acumulados, la India es el país más afectado detrás de Estados Unidos, y supera los 172.000 fallecidos.
La rápida expansión de esta segunda ola ha multiplicado también el número de casos activos, con más de 1,3 millones de personas enfermas, cuadruplicando la demanda del sistema de salud y suministros médicos en solo unas pocas semanas, tras meses de una sostenida recuperación.
El rápido aumento ha llevado a la imposición de nuevas restricciones en varias zonas del país, como en el estado de Maharashtra, epicentro de la enfermedad con más de 60.000 casos nuevos cada día, que ordenó el cierre parcial del estado por 15 días con la esperanza de aliviar las presiones sobre el sistema público.
Aún así, se lleva adelante la celebración del festival Kumbh Mela, en la ciudad de Haridwar, en el norte del país, una masiva reunión de peregrinos hindúes que se congregan por varias semanas sumergiéndose en las orillas del sagrado río Ganges para lavar sus pecados.
La mañana de ayer, miles de hindúes comenzaron a aglomerarse en la ribera del río para celebrar el tercer ‘shahi snan’, uno de los días más auspiciosos del festival.
El baño de ayer, considerado el más importante de las cuatro inmersiones clave contempladas en el festival, reunió a unas 600.000 personas que viajan de todas partes del país, dijo a los medios locales el jefe policial del evento, el inspector Sanjay Gunjyal.
El evento se celebra además en medio de una relajación de las restricciones de movimiento en todo el estado de Uttarakhand, al que pertenece Haridwar, acortada por las autoridades en vista de las celebraciones.
De acuerdo con el parte del Ministerio de Salud de Uttarakhand, la región reportó 1.925 casos en las últimas 24 horas, de los cuales 594 provienen de Haridwar.
Después de lograr rebajar los casos en febrero por debajo de los 9.000, la India ha sido testigo de un rápido resurgir de la enfermedad, en medio de la celebración de eventos religiosos y los multitudinarios mítines electorales en varias regiones del país.
El jefe de gobierno del estado de Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, y su predecesor y líder de la formación Samajwadi, Akhilesh Yadav, confirmaron respectivamente haberse contagiado del virus.
Adityanath contrajo la infección tras semanas de repunte de contagios en el estado, y su activa participación en los masivos eventos de su formación, el gubernamental Bharatiya Janata Party (BJP), en las elecciones del estado oriental de Bengala.
La rápida expansión del virus ocurre al tiempo que las autoridades intentan acelerar su masiva campaña de vacunación, dirigida a los mayores de 45 años, con el objetivo de prevenir las muertes y los casos graves de la enfermedad.