El colombiano Nairo Quintana llegaba con la ambición de ganar el Tour de Francia, pero la sucesión de caídas han dejado secuelas en su cuerpo que acabaron por cristalizar en la primera etapa con un final de categoría especial, cuando se dejó casi 4 minutos y muchas opciones.
«Siento rabia y tristeza», aseguró el líder del Arkea durante la segunda jornada de descanso a pies de los Alpes, un día después de que un desfallecimiento en el ascenso al Grand Colombier le relegara al puesto 9 de la general a más de 5 minutos del líder, el esloveno Primoz Roglic.
El de Boyacá se resintió de las tres caídas sufridas desde el inicio de la prueba, sobre todo de la última, cuando descendían un puerto a más de 40 kilómetros por hora.
«Las dos últimas caídas han sido muy fuertes y la última me ha provocado una reacción alérgica con ampollas en todo el cuerpo y mucho dolor. Llevo tres días y el dolor sigue como al principio», aseguró Quintana.
Sus opciones dependen ahora de cómo se recupere físicamente de esas lesiones, que también se dejan ver en las costillas, los codos, la espalda, la cadera, pero promete seguir peleando para ascender en la general.
Seguir dando guerra
«El objetivo es seguir para adelante. No sabemos si podio o ‘top 5’, lo importante es hacer una buena general. A pesar de todas las dolencias que tengo hay que seguir, eso es lo que me identifica. Veníamos muy bien para este Tour, todos los días lo habíamos hecho muy bien, pero son cosas que no las eliges, son inevitables, nos ha tocado nuevamente», afirmó.
Quintana dijo sentirse «jodido» porque su ambición era máxima, pero no renuncia a acabar lo más arriba posible.
El tiempo cedido en el Grand Colombier no le descarta para la general, por lo que ve difícil que le dejen entrar en escapadas, como sí sucedió el año pasado, cuando se derrumbó en el Tourmalet y acabó ganando en Valloire.
«Pero si tengo salud no me quedaré sin intentar algo, vamos a llegar hasta París y hasta el último día dando guerra», comentó.
Quintana está ahora a más de 3 minutos y medio del tercer puesto, que ocupa su compatriota Rigoberto Urán, y aunque hay muchos pretendientes a ese puesto, el colombiano no descarta desfallecimientos en lo que queda de carrera.
El colombiano reconoce que los dos eslovenos, Roglic y Tadej Pogacar, segundo de la general, están muy fuertes y cree que tuvieron una mejor preparación al no tener que estar confinados durante tanto tiempo.
Ganar el Tour, misión imposible
Además, destacó que el nivel de este año es superior, ya que todos los equipos trajeron a sus mejores hombres porque no hay mucha competición y están deseosos de destacar para asegurarse contratos y patrocinios para el futuro.
Su director deportivo, Yvon Ledanois, consideró, por su parte, que «ganar el Tour es misión imposible», por la caída de Nairo y la fortaleza de los dos eslovenos, pero matizó que la carrera «no ha terminado» y que su jefe de filas no se conformará con la tercera posición.
«La moral del equipo es buena. Llegamos con ambición y seguimos teniéndola. Vamos a tratar de acabar lo más alto posible», señaló.
La esperanza está puesta en las etapas alpinas, sobre todo en la del próximo miércoles, con final en el col de la Loze y un paso previo por la Madeleine, las dos únicas cimas de 2.000 metros de la edición, un terreno donde creen que Quintana podrá mostrarse más ofensivo.
El manager de Arkea, Emmanuel Hubert, por su parte, agradeció el sacrificio de Quintana en estas circunstancias: «Muchos corredores en su situación habrían abandonado. Él es un guerrero y nos quiere hacer disfrutar aunque esté sufriendo».