El padre Robert Estrella, quien en su paso por San Bernardo del Viento y Momil , cultivó grandemente su misión evangelizadora en estas comunidades.

El sacerdote se convierte en la nueva víctima del virus que nos ataca sin piedad y sin distingo de sexo, edad, raza, credo, ideología, estrato socioeconómico o tendencia política y la única solución a la vista es cuidarnos de verdad.

Desde hace varios días, los familiares y amigos del presbítero, quien era párroco en la iglesia de San Antonio de Padua, pedían unirse a cadenas de oración por su recuperación, pero el desenlace fue otro.

Quienes conocieron al padre, lo destacan como una ser humano excepcional, una buena persona y siempre presto al servicio de los demás.

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