Se estima que se profundizarán temas sensibles como drogas, derechos humanos, corrupción, medio ambiente y acuerdo de paz.


Biden profundizaría temas como derechos humanos y acuerdo de paz.

Si bien Joe Biden fue catalogado durante toda la campaña por su adversario como radical de izquierda e incluso como castro-chavista, expertos consultados coincidieron que la llegada del exvicepresidente no traerá cambios drásticos en la relación de Estados Unidos con Colombia.

Se estima que se profundizará la agenda en temas sensibles como drogas, derechos humanos, corrupción, medio ambiente y acuerdo de paz.

El carácter bipartidista de la relación entre ambos países ha permitido al Gobierno colombiano trabajar de la mano tanto con demócrata como con republicanos, y por ello, el vínculo binacional seguirá siendo fuerte.

“A los uribistas no tanto les convendrá (Biden), pero se acomodarán. Nuestra política ha sido siempre bipartidista”, opina Rubén Sánchez, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.

Desde su punto de vista, el cambio de mando en EE.UU. traerá algunas novedades, entre ellas una mayor preocupación por el medio ambiente y por el respeto a los derechos humanos, especialmente la condena a los crímenes de líderes sociales.

Entre el 1 de enero y el 17 de noviembre de este año han sido asesinados 226 activistas y defensores de derechos humanos en el país.

A la par, otro tema que suscita polémica es la aspersión con glifosato, un herbicida considerado cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al respecto, Sánchez señala que Biden se ha mostrado en desacuerdo con este método para combatir los cultivos ilícitos que lleva más de 25 años en el país (cinco de ellos suspendido), lo cual podría generar ciertas fricciones con el Gobierno de Iván Duque.

Hay que recordar que Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, con 169.000 hectáreas sembradas en 2018 y un potencial para producir 1.120 toneladas de cocaína, según Naciones Unidas.

Ahora bien, Sánchez igualmente aclara que el manejo de estos temas en la agenda binacional dependerán también de quién nombrará Biden como secretario (a) de Estado y como asesor(a) de Seguridad Nacional.

Cooperación y no subordinación

Sería una “relación de cooperación y no de subordinación”, como lo contemplaba Donald Trump, resume Carlos Andrés Pérez, investigador de la Escuela de Política y Estudios Globales John W. McCormack de la Universidad de Massachusetts en Boston (EE.UU.).

En Colombia, apunta, hay una gran expectativa, especialmente en lo que atañe a aspectos que se venían trabajando en la agenda antes de la llegada de Trump, es decir temas puntuales como acuerdo de paz y cooperación en materia de droga.

“Puede haber un viraje interesante en cómo los demócratas abordarán, no solo la lucha contra las drogas, sino el trasfondo político y económico que hay detrás”, plantea Pérez.

Los derechos humanos y los líderes sociales siempre han estado en la agenda demócrata, subraya el investigador, quien explica que son temas correlacionados con la cooperación binacional.

En ese sentido, no descarta una mayor presión por parte del gobierno demócrata, un especial control para que se esclarezcan los asesinatos, lo cual llevaría al que el Gobierno colombiano tenga que tomar cartas en el asunto decididamente.

De hecho, Pérez advierte un impacto importante que puede afectar la relación comercial entre los dos países, si el presidente Duque hace caso omiso al problema.

En lo que concierne al acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las Farc, Pérez considera que los demócratas han sido muy sensibles frente a este tema, especialmente a los compromisos derivados del mismo.

“No solo habrá presión, sino monitoreo y vigilancia de estos pactos, algo que puede repercutir no solo en temas internos de Colombia sino en acuerdos bilaterales con EE.UU., particularmente de tipo comercial”, expone.

Por último, alude a que el cambio de gobierno en EE.UU. podría tener efectos en la retoma de acuerdos ambientales a los que ese país se había comprometido antes de la llegada de Trump, y eso apunta a una mayor cooperación en materia de medio ambiente y cambio climático, donde Colombia y la región juegan un papel importante, sobre todo por la situación en la Amazonía.

El docente universitario Rubén Sánchez explica que Joe Biden conoce bastante bien América Latina y si se toma como punto de referencia lo que fue la política exterior del presidente Barack Obama de quien fue su vicepresidente, se puede deducir que, con respecto a las relaciones de la región con Donald Trump, “habrá un cambio de estilo y de forma, lo que no quiere decir que haya cambios profundos. América Latina no es hoy una prioridad para EE.UU.”.

En esa línea, subraya que mantendrá las sanciones hacia Venezuela, aunque como “herramienta estratégica, es decir, como moneda de cambio para una negociación conjunta con algunos países europeos para forzar el retiro de (Nicolás) Maduro”.

También se prevén cambios en la política migratoria interna estadounidense que tendrá un impacto directo y positivo en la región, en la medida en que se flexibilizarán las condiciones para millones de migrantes, muchos de ellos latinoamericanos que envían remesas a sus países de origen, agrega el investigador Carlos Andrés Pérez.

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