Álvaro Javier Idrovo, Laura Rodríguez y José Moreno son los epidemiólogos que avanzaron en una investigación relacionada con los efectos de las movilizaciones por el Paro Nacional, sobre el número y la tendencia de los casos confirmados de COVID-19.

Para esto se seleccionaron cinco ciudades, donde las protestas sociales -que iniciaron desde el 28 de abril- tuvieron más intensidad, como Bogotá, Cali, Barranquilla, Medellín y Bucaramanga. Las primeras conclusiones dan cuenta que no se puede generalizar para todas las regiones del país, debido a que los efectos fueron distintos sobre los contagios por Coronavirus.

Los análisis se realizaron con base en los casos confirmados de COVID-19 en Colombia, entre el 1 de marzo y el 15 de mayo de 2021. No obstante, se consideró el 2 de mayo como fecha de intervención para el análisis, es decir cinco días después del inicio de las manifestaciones.

Durante el período de estudio, el número de casos por ciudad fue de 1.014.815 para Bogotá, 192.320 para Cali, 175.269 para Barranquilla, 311.904 para Medellín y 62.512 para Bucaramanga.

Solo para Cali y Barranquilla se obtuvieron cambios estadísticamente significativos en la tendencia del número de casos después de la intervención: positivo en la primera ciudad, negativo en la segunda.

“No se evidenciaron cambios abruptos en la tendencia de la serie para cualquier ciudad y el efecto de la intervención solo fue positivo para Bucaramanga. Los hallazgos confieren evidencia sólida de que las protestas sociales tuvieron un efecto heterogéneo en el número y la tendencia de los casos de COVID-19. Los efectos divergentes pueden estar relacionados con la época epidemiológica de la pandemia y las características de las protestas sociales”, se subrayó en el preprint, el documento preliminar que no ha sido revisado por pares, quienes certificarán o no su publicación formal en una revista.

Laura Rodríguez, doctora en Epidemiología y profesora del Departamento de Salud Pública de la Universidad Industrial de Santander, indicó que cuando se dice que hubo efectos heterogéneos es porque “en algunas ciudades se pudo identificar que la tendencia de los casos posteriores a las marchas aumentó como ocurrió en Cali, pero en Barranquilla decreció, mientras que en Bucaramanga, Bogotá y Medellín las tendencias no fueron tan evidentes como en otras ciudades. En el caso específico de Bucaramanga, sí se vio un cambio de nivel mucho mayor después de que iniciaron las marchas del Paro”.

Rodríguez aclaró que con esta información no es posible afirmar que las marchas tuvieron o no efectos en el comportamiento epidemiológico. En Cali y Bucaramanga se presume un incremento de casos, en Barranquilla no se evidenció ascenso y en Bogotá y Medellín los efectos no fueron tan claros como para atribuírselos a las marchas.

“En general, en todas las ciudades y en cualquier lugar, las aglomeraciones de cualquier tipo, públicas y privadas, aumentan el riesgo de transmisión del COVID-19”, agregó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *