Son 109 los municipios impactados por la violencia contra líderes políticos, sociales y comunales en lo corrido del 2020.
Como muy preocupante calificó la Misión de Observación Electoral, MOE, el modus operandi que han tenido los 248 asesinatos de líderes políticos, sociales y comunales en el primer semestre de 2020, debido a la letalidad que fue usada.
Así lo señala un estudio especial realizado por la MOE, en donde se indica que si bien hubo una reducción del 2% comparada con lo sucedido en el mismo periodo en 2019, en lo visto durante el primera semestre del 2020 y pese al confinamiento por la pandemia, los hechos han sido más violentos.
“…si bien en el periodo de confinamiento estricto, que transcurrió entre el 25 de marzo hasta 11 de mayo, equivalente al 25% de la duración total del semestre, la violencia se redujo en un 50%, esa disminución no afectó el total de acciones registradas en el primer semestre de 2020, lo que evidencia que la violencia el resto del tiempo (sin confinamiento) fue mayor que en 2019”.
De acuerdo al estudio los departamentos de Cauca, Arauca, Norte de Santander, Antioquia y Córdoba, fue en donde más se presentaron esos hechos de orden público, lo cual según Alejandra Barrios, directora de la MOE, “vale la pena poner la lupa en departamentos como el de Vichada donde se registró el primer asesinato después de 4 años y Nariño, donde si bien en el primer semestre del año la disminución de agresiones contra líderes sociales fue abrupta, la violencia se ha recrudecido de forma considerable en los meses siguientes a la fecha de corte de este Informe”.
De los 81 asesinatos 52 se presentaron en territorios PDET –las regiones de aplicación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial–, lo que significa que 64,2% de los asesinatos se dieron en zonas priorizadas por el Estado para evitar los focos generadores de la violencia. “Esto representa un incremento del 39% respecto de los asesinatos perpetrados en territorios PDET en el primer semestre de 2019. En cuanto los tipos de liderazgo, los líderes sociales son los que más han sufrido vulneraciones, registrando el 50% de los hechos.
Si bien la violencia contra estos ha ido en aumento, lo más preocupante fue la letalidad de las agresiones, pues el número de asesinatos contra ellos se incrementó en un 85%. Caso contrario ocurrió con las amenazas, que disminuyeron en un 24% en estos seis meses. Esto significa que en la medida que los líderes sociales no tienen margen de negociación, debido a que representan los intereses comunitarios, los de sus vecinas y vecinos, sus voces son silenciadas por parte de los actores que buscan el control de los territorios”, dice el informe.
Igualmente se indica que los líderes políticos fueron el segundo tipo de liderazgo más afectado con 89 casos registrados. “Llama la atención la violencia contra los funcionarios electos en 2019 que se acrecentó en un 35% con relación al 2019. Así, en estos primeros seis meses, han sido agredidos 8 alcaldes, 42 concejales, 3 ediles y 2 diputados. Esto, evidencia la intención de este tipo de violencia: controlar no solo el actuar social, sino de los gobiernos locales a partir del sometimiento de sus líderes”, dice la MOE.
Respecto a líderes comunales, el informe señala que se presentaron 35 hechos de violencia contra líderes comunales, un 13% más que en 2019, de éstos, 19 fueron asesinatos, 2 atentados, 3 secuestros, una desaparición y 10 amenazas. “Lo anterior refleja que el 60% de las agresiones contra este tipo de liderazgo fueron letales, lo cual es preocupante considerando que estos ciudadanos son la expresión de la democracia en el nivel más cercano a la población. De acuerdo con el monitoreo de violencia, 57 de los 248 hechos registrados corresponden a agresiones contra lideresas, lo que refleja, a pesar del confinamiento, un incremento del 18,8% frente al mismo periodo en 2019”.
De acuerdo a la MOE, son 109 los municipios impactados por la violencia contra líderes políticos, sociales y comunales en lo corrido del 2020. En el 67% de ellos (73 municipios) hay presencia de al menos un grupo armado ilegal. Sin embargo, esto no constituye la única causa de la violencia contra los líderes, por lo que resulta indispensable avanzar hacia el reconocimiento de otros actores e intereses detrás de la violencia.
Finalmente la directora Barrios sostuvo que “lo que este informe nos muestra es que lo que está pasando es una tragedia en términos locales; cada día son mayores los ataques a los liderazgos que trabajan por transformar la realidad de sus comunidades. Si no tomamos medidas urgentes, nos vamos a quedar sin líderes. Es necesario que las autoridades investiguen las agresiones contra los distintos líderes y lideresas. No podemos continuar justificando todo a la luz del conflicto armado sin realizar investigaciones completas para sancionar a los responsables de la tragedia que observamos en los territorios”.