Lucía Juliana Pinto de 47 años de edad era chef y vivía en el apartamento 302 de un edificio en el barrio La Concordia de Bucaramanga, compartía este espacio con su hijo Pablo Julián Lozano Pinto de 28 años. Ella buscaba que él saliera del mundo de la drogadicción, tarea que no fue posible.
En la mañana de este jueves estaban en la vivienda, se habría generado una discusión y su hijo, quien tendría problemas de consumo de estupefacientes, le propinó más de 30 puñaladas en su cuerpo, “17 heridas en la región dorsal, 6 en el abdomen, 3 en cuello, 3 en el tórax y una en el flanco izquierdo”, indicó el informe forense.
Alertada la Policía del trágico hecho, llegaron al lugar y fue el joven el que le abrió a los uniformados y confesó que había m4tado a la mamá.
“Era una señora que estaba trabajando, se había conseguido un empleo días anteriores y con esto estaba levantando a su familia. Infortunadamente, el consumo de estas sustancias por parte de uno de sus hijos originó este matricidio. No tenemos palabras para lamentar profundamente este tipo de comportamientos”, señaló el comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, el general José James Roa Castañeda.
El hombre quedó a disposición de las autoridades quienes definirán su situación judicial.
El amor de madre es inigualable aunque el corazón de sus hijos esté lejos de ella.