Luis Rubiales ya no es presidente de la Federación Española de Fútbol. El máximo dirigente, que hasta esta noche de domingo estaba suspendido por la FIFA, ha dado un paso con el que pocos, incluídos sus más estrechos colaboradores, contaban.

Como ha contado él mismo a través de un comunidado, en la tarde de este domingo ha comunicado al presidente de la Junta Gestora, Pedro Rocha (al que él mismo designó), «mi renuncia al cargo de presidente de la RFEF». Luis Rubiales ya es historia en el fútbol español.

«Tras la veloz suspensión realizada por la FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo», cuenta Rubiales en esas líneas, expuestas públicamente de una manera curiosa, mediante un Google Drive colgado en su cuenta de Twitter, creada ad hoc en mitad de toda la tormenta que se lo ha llevado por delante.

«Hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta», sostiene después de decir que se marcha porque «quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español».

Rubiales, que desde el pasado 26 de agosto se ha movido entre Motril, su pueblo, y algunas localidades cercanas, que había cortado el contacto con la mayoría de sus cercanos en la Federación, que meditaba cómo reaccionar al ‘tsunami’ que sobrevino al beso que le dio a Jenni Hermoso, ha optado por marcharse.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *