Tras la caída de la reforma tributaria, en el Congreso de la República hay otro proyecto que tiene las alarmas prendidas ante los riesgos que podría traer para todo el sistema y el país, se trata de la reforma a la salud, la cual se encuentra en discusión en el seno de las Comisiones Séptimas de Senado y Cámara.
Este proyecto lo radicó el Gobierno Nacional con la concertación de varios sectores, entre ellos el partido Cambio Radical, el cual accedió ingresar al gobierno con el objetivo de que se tramitara la reforma a la salud, un tema que había presentado este partido desde de la campaña presidencial del 2018.
Aunque el presidente Iván Duque logró ese cometido, la presencia de Cambio Radical ayudó a destrabar otros proyectos, más no el de la salud, el cual pese a que se radicó con mensaje de urgencia y comenzó su discusión en el semestre pasado, no avanzó ante las diversas discrepancias que habían sobre el mismo, lo que llevó a que la discusión se frenara, esto sumado incluso por el afán de votar el proyecto en diciembre pasado se falsificó la firma de uno de los ponentes.
Ya en este año, la reforma pareció destrabarse un poco, además que se incorporó al mismo un capítulo referente a las sanciones para aquellas personas que se salten el proceso de la vacunación contra el Covid-19.
Uno de los puntos centrales que más ha generado controversia con este proyecto es el referente a convertir a las EPS en aseguradoras de salud, con lo cual tendrían mayor control en su funcionamiento, se establece un tope máximo a sus gastos administrativos y se crea el saneamiento financiero del sistema.
Otro punto de la reforma es garantizar un mayor acceso a la salud y servicios con mejor calidad y oportunidad, a través del modelo básico del médico de familia, con capacidad resolutiva de los casos; permitir evitar la tercerización en las relaciones laborales, el auxilio de maternidad para las mujeres del régimen subsidiado que hoy no lo tienen, y unificar los beneficios del Plan de Beneficios en Salud para los regímenes contributivo y subsidiado.
También en la reforma a la salud se plantea el examen único nacional de ingreso y las alianzas público-privadas, reglamentar los conglomerados.
El proyecto ya nuevamente empezó a ser discutido en las Comisiones Séptimas, pero no ha avanzado ante diferencias inicialmente de trámite, pero sobre todo por discrepancias por su contenido. Precisamente, el propio gobierno, por medio del Ministerio de Hacienda, expresó su discrepancia con el articulado, esto por el alto costo que representaría para el Estado asumir esos cambios. Así lo expresó el viceministro Juan Pablo Zárate, en una carta enviada a los congresistas de ambas comisiones.
Al respecto, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras rechazó esa posición del viceministro Zárate, e incluso invitó al ministro de Salud, Fernando Ruiz, que renuncie al cargo ante la falta de apoyo del gobierno a esa reforma.
“Pues resulta que cuando finalmente se iba a iniciar la discusión del proyecto, el viceministro de Hacienda, doctor Zárate, envió a la Comisión una carta en la que cuestiona todo el alcance del proyecto. En su calidad de experto, prácticamente vetó todo su contenido. ¿El doctor Zárate consultó el texto de este torpedo con su jefe directo, el ministro Carrasquilla? A quien con seguridad no le consultó su opinión fue al ministro de Salud, autor del proyecto. Por eso, y con sobrada razón, se especuló que el Dr. Ruiz pensó en renunciar a su cargo, y ojalá lo hubiera hecho, pues la motivación principal de su ingreso al Gobierno, así como la de Cambio Radical al haberlo postulado, fue precisamente la de materializar esta trascendental reforma”.
Pero esta no ha sido la única oposición que ha tenido el proyecto. Carolina Corcho, representante de la Federación Médica Psiquiatrica, considera que de ser aprobado el proyecto como está, se profundizará la negación de servicios de salud en Colombia y la fuga de recursos públicos para otros negocios.
Desde el Congreso, el representante Jorge Gómez ha sido uno de los principales críticos, sostiene que “la reforma a la salud es la ley 100 recargada y debe hundirse. Es más del mismo negocio de las EPS, pero ahora concentrado en muy pocas y al servicio del capital financiero internacional. Además, marchita la red pública hospitalaria”.
Otros dirigentes políticos, como los senadores Roy Barreras y Armando Benedetti, igualmente han expresado que el mejor camino es retirar el proyecto de ley, porque el mismo termina afectando a los colombianos en su esquema de salud, como también afectará a los trabajadores del sector de la salud.
Sumado a estas posturas, los manifestantes en estos días de protesta han sumado a sus reclamos el hundimiento de esta reforma, y sostiene que tras la caída de la reforma tributaria se debe proceder a que este proyecto no tenga más trámite en el Congreso ante su inconveniencia.