Este lunes las fuerzas de seguridad italianas capturaron en la isla de Sicilia al jefe mafioso Matteo Messina Denaro, considerado uno de los últimos grandes padrinos de la Cosa Nostra y prófugo de la justicia desde hace tres décadas.

Las autoridades lo locarlizaron en una clínica de Palermo, en donde había acudido a someterse a un tratamiento. Según el comandante de los Carabineri, Pasquale Angelosanto, Messina había acudido al centro médico con un nombre falso para recibir una sesión de quimioterapia.

Un centenar de efectivos han participado en esta delicada operación, en la que Messina no ofreció resistencia a los agentes. El capo fue trasladado a una ubicación segura, previo a su llegada a un centro penitenciario de máxima seguridad, en línea con los protocolos para este tipo de arrestos.

Messina estaba considerado el prófugo número uno de Italia, en la medida en que simboliza las prácticas de una mafia que ha marcado algunas zonas del país durante décadas. Su actividad delictiva se remonta a la década de los ochenta, cuando no había cumplido 30 años, y sobre él pesan dos cadenas perpetuas.

La última de ellas deriva de su conexión los asesinatos en 1992 de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, en dos tragedias históricas de la lucha de las autoridades italianas contra el crimen organizado durante la década de los noventa

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