Los expertos afirman que, si finalmente se utilizan las vacunas de refuerzo, habrá que identificar las circunstancias y los grupos de población concretos en que los beneficios superen los riesgos.

La administración de una dosis de refuerzo a toda la población no es algo “apropiado” en este momento de la pandemia debido a la alta eficacia de las actuales vacunas para prevenir la COVID grave, incluida la variante Delta, según un estudio internacional publicado en la revista “The Lancet”.

La investigación, realizada por un equipo internacional en el que han participado científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de otras instituciones, examina los datos de todas las pruebas clínicas y estudios observacionales publicados.

A partir de su análisis, los expertos constatan que las vacunas existentes “siguen siendo altamente efectivas contra la enfermedad grave”, incluso la producida por las variantes de más riesgo.América acumula ya 85,9 millones de contagiados y 2,1 millones de muertes y sigue con el gran desafío de vacunar más rápido.

Según un promedio de los resultados obtenidos en estudios observacionales, la vacunación actual muestra una eficacia del 95% contra la enfermedad grave, tanto por la variante Delta como por la Alfa, y de un 80% contra el contagio por cualquiera de ellas.

En todos los tipos de vacunas y variantes, la protección es más elevada frente a la enfermedad grave que ante la leve, apuntan los científicos.

Los autores agregan que, si bien se sabe que las vacunas son menos efectivas contra la COVID-19 asintomática y la transmisión, en las poblaciones con alto índice de inoculaciones es la minoría de no vacunados el principal vector de contagios, así como el grupo con mayor riesgo de padecer una COVID-19 grave.

Eficacia de las vacunas

Los expertos subrayan que, incluso si los anticuerpos contra el virus en personas vacunadas bajan al cabo del tiempo, eso “no necesariamente significa una reducción de la eficacia de las vacunas contra la enfermedad grave”.

Esto podría ser, añaden, porque la protección contra una COVID-19 virulenta “está mediada no solo por las respuestas de anticuerpos, que pueden ser a corto plazo en algunas vacunas, sino también por las respuestas (inmunes) memorizadas y la inmunidad mediante células, que generalmente duran más”.219

millones de contagios y 4,5 millones de muertes hay en el mundo por la COVID-19.

“Tomados en su conjunto, los estudios disponibles no aportan pruebas creíbles de que esté habiendo un declive sustancial de la protección contra la enfermedad grave, que es el principal objetivo de la vacunación”, manifiesta una de las autoras del estudio publicado en “The Lancet”, Ana María Henao-Restrepo.

Señala que, si las vacunas se administran donde son más necesarias, ello “podría acelerar el fin de la pandemia al inhibir la evolución de las variantes”.

De otro, lado, América registra ya 85,9 millones de contagiados y 2,1 millones de muertes por la COVID-19, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y sigue con el enorme reto de vacunar más rápido, con Uruguay y Chile como únicos países con más del 70% de la población totalmente inmunizada.

Sobre todo, cuando la OPS advirtió que ha registrado casi el doble de infecciones comparado con la misma época el año pasado, además de registrar casi 1,5 millones de casos y más de 22.000 muertes por el virus la pasada semana

El ministro de Salud de Chile, Enrique Paris, defendió la tercera dosis contra la COVID-19 que lleva a cabo el país.

“Puede ser visto como una diferencia en el derecho a la salud que algunos países coloquen ya una dosis de refuerzo, pero nosotros creemos que tenemos que proteger a nuestros adultos mayores y enfermos crónicos”, afirmó Paris.

Según él, un estudio realizado en Chile con cerca de 570 voluntarios demostró que con las vacunas de Sinovac, Pfizer o AstraZeneca se produce una caída “muy importante” de los anticuerpos después de los seis meses de aplicada la segunda dosis.

En el país han completado su esquema 13,2 de los 19 millones de habitantes y 1,4 millones de niños han recibido al menos una dosis de Sinovac o Pfizer.

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