El adolescente de 15 años habría confesado entre llantos que disparó motivado por dinero. Su historia familiar revela un contexto de vulnerabilidad que ahora es clave en la investigación judicial.

La escena quedó grabada en múltiples vídeos que ya circulan ampliamente en redes sociales: un joven dispara a corta distancia por la espalda al senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, luego intento escapar, cojeando, mientras grita desesperado:“¡Lo hice por plata, por mi familia! ¡Perdón!“.
Las imágenes también muestran el momento en que es interceptado por civiles y posteriormente reducido por las autoridades. Mientras lo inmovilizaban en el suelo, el menor suplicaba: “Déjenme levantar, les voy a dar los números. Necesito darles los números”.

Según testigos, esas palabras habrían hecho referencia a los contactos o datos de quienes lo habrían reclutado para cometer el ataque.

El menor, de tan solo 15 años, es huérfano de madre, ella falleció a los 23 años, y su padre reside en Europa. Las primeras indagaciones apuntan a que vivía en condiciones económicas difíciles, una situación que podría haber sido aprovechada por quienes lo utilizaron como brazo ejecutor del atentado.

Las autoridades lo trasladaron de inmediato a un centro médico, ya que presentaban una aparente lesión en una de sus piernas.

En ese lugar paso la noche bajo custodia policial, mientras se prepara su testimonio formal, que podría ser fundamental para identificar a los autores intelectuales.

Un menor en el centro de una trama criminal

El impacto emocional de este caso ha sido profundo no solo por la figura de la víctima, sino también por la edad y las circunstancias del agresor.

A su corta edad, el joven encarna una realidad compleja: la instrumentalización de niños y adolescentes por parte de estructuras criminales.

El país ahora espera respuestas: ¿Quién lo reclutó? ¿Qué redes están detrás? Y sobre todo: ¿cómo evitar evitar que menores de edad sigan siendo utilizados para actos tan graves como este?.

Las próximas horas serán las decisivas. Mientras tanto, el menor permanece bajo vigilancia policial, y su testimonio podría abrir el camino para desentrañar quién ordenó disparar contra Miguel Uribe Turbay.

*Con información El Colombiano

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