Un altercado por el tiempo de juego de un niño terminó en un brutal ataque a balazos. La comunidad exige justicia y medidas para evitar que la violencia empañe el deporte juvenil.
Un hecho de violencia sacudió a la comunidad de St. Louis, Misuri, cuando un padre disparó en cinco ocasiones contra el entrenador de fútbol de su hijo durante una discusión sobre el tiempo de juego del menor. El atacante, identificado como Daryl B. Clemmons, de 45 años, fue hallado culpable de agresión y acción criminal armada. Su sentencia será dictada el próximo 13 de marzo.
Un brutal ataque frente a los niños y las familias
El 10 de octubre de 2023, en Sherman Park, mientras un grupo de niños de entre 9 y 10 años practicaba fútbol, Clemmons enfrentó a Shaquille Latimore, de 34 años, entrenador voluntario de la liga juvenil City Rec Legends Football League. Clemmons, quien anteriormente había entrenado al mismo equipo, exigió explicaciones sobre la falta de minutos de su hijo en el juego.
Según el testimonio de Latimore, él intentó evitar una escalada violenta y entregó su arma a un amigo, sugiriendo resolver el conflicto con una pelea a puños. Sin embargo, Clemmons optó por la violencia extrema y disparó contra él, impactándolo en la espalda y otras partes del cuerpo. Mientras yacía herido, el agresor continuó insultándolo, hasta que otros adultos intervinieron para frenar el ataque.

La madre del entrenador, SeMiko Latimore, calificó el hecho como “insensato” y lamentó el impacto en los niños que fueron testigos del crimen. “Se supone que estamos aquí para enseñarles valores y alejarlos de la violencia, pero ahora deben lidiar con el trauma de ver a su entrenador herido ante sus ojos”, expresó.
El fiscal del caso, Gabe Gore, señaló que este tipo de violencia en los deportes juveniles es inaceptable y atenta contra los principios de respeto, trabajo en equipo y disciplina que buscan inculcarse en los niños.
Lo que dice la comunidad y el proceso judicial
El caso ha puesto en evidencia un problema creciente en los deportes infantiles: la escalada de conflictos entre padres y entrenadores. Muchos consideran que el incidente pudo haber terminado en una tragedia aún mayor, afectando a los menores presentes.
Tras el ataque, Clemmons huyó del lugar, pero se entregó a la policía esa misma noche. Durante el juicio, fue encontrado culpable y ahora enfrenta una posible condena significativa. La audiencia de sentencia está programada para el 13 de marzo.
Este caso ha generado un debate sobre la necesidad de fortalecer medidas de seguridad en las ligas juveniles y reforzar la educación sobre el respeto en el deporte. La comunidad espera que la justicia actúe de manera ejemplar y que hechos como este no se repitan.