La pandemia, que ha causado más de cuatro millones de fallecimientos en todo el mundo, enfrenta ahora la contagiosa variante Delta.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó ayer el tratamiento con antagonistas de interleucina-6 para el tratamiento de casos graves o críticos de COVID-19, tras publicarse resultados positivos de ensayos con 11.000 pacientes.

Hasta ahora, la OMS sólo recomendaba un tratamiento para pacientes graves con dexametasona, un corticoesteroide, pero la publicación de los ensayos en Journal of the American Medical Association ha animado a la OMS a incluir esta nueva herramienta contra el coronavirus.

Los tests evidencian que el tratamiento con interleucina-6, una glucoproteína segregada por determinadas células, reduce el riesgo de muerte en torno a un 4% (un 17% en pacientes con ventilación).

Además, en pacientes que todavía no necesitan ventilación, reduce el riesgo de utilizarla un 21%, en comparación con el uso de corticoesteoides habitual.

“Los ensayos clínicos para analizar la eficacia de los anticuerpos monoclonales que bloquean la interleucina-6 en pacientes hospitalizados con COVID-19 solo han reportado beneficios, ningún efecto y daño”, aseguró el profesor de estadística médica y epidemiología de la Universidad de Bristol, Jonathan Sterne.

La OMS coordinó este estudio de 27 ensayos aleatorios con casi 11.000 pacientes en 28 países del mundo junto con el King’s College de Londres, la Universidad de Bristol, la University College de Londres y la fundación NHS de Guy y St Thomas.

Insistió en que dada la magnitud de la inequidad mundial en las vacunas, la población de los países de ingresos más bajos será la que corra un mayor riesgo de sufrir un COVID-19 grave o crítico y esas son las personas a las que estos medicamentos tendrán que llegar. “Si bien la ciencia ha funcionado, ahora debemos centrar nuestra atención en el acceso a ella”, dijo la líder en gestión clínica de emergencias sanitarias de la OMS, Janet Diaz.

Identifican la variante “Andina” en Bolivia

Los científicos de la Universidad Mayor de San Andrés (Umsa), la estatal de La Paz, detectaron la variante “Andina” del SARS-CoV-2 en muestras que tomaron en la sede de Gobierno que podrían causar “un nuevo brote” en Bolivia.

Conocida también como Lambda, esta variante fue detectada en una investigación del Laboratorio de Genética Molecular del Instituto de Investigaciones Químicas, el Instituto de Seladis y el Hospital San Pedro Claver de Sucre, según un boletín difundido ayer por la Umsa.

Este estudio se realizó con muestras recolectadas en mayo y junio pasados en seis regiones del país para hacer una “vigilancia genómica” y aplicar “métodos de secuenciación genómica”.DatoMiles de personas recibieron dosis de agua salina en vez de la vacuna en varios centros fraudulentos en el estado occidental indio de Maharashtra, informaron ayer las autoridades.

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