La mujer asegura que el coronavirus la dejó «hipertensa y diabética».

Delfina Pola es una médica de 30 años de edad que terminó contagiada de coronavirus. Tras atender a diversas personas, de un día para otro le empezaron el dolor de cuerpo, la tos seca, la alta temperatura y esa dificultad para respirar que la fue disminuyendo lentamente.

Luego de unos días de pelear contra la enfermedad, fue recluida en la Unidad Cuidados Intensivos (UCI) en la Fundación Cardiovascular de Floridablanca, Santander.

Empezaron, entonces, dos meses de lucha en que estuvo entubada y constantemente asustada por el temor a morir, pues a lo largo de ese tiempo tuvo que ser sometida a tres diálisis y una traqueotomía; asimismo, sufrió dos paros cardiorrespiratorios y un fallo multiorgánico que la llevó a perder casi 25  kilos.

Algunas imágenes que compartió en redes sociales daban cuenta de su lento deterioro. De una mujer de rostro rozagante quedó la imagen de una moribunda que al final se pudo recuperar gracias al trabajo de los médicos, amigos y familiares, que la estuvieron alentando de diversas maneras para que lograra supera la enfermedad.

Además, una vez salió de la UCIDelfina Pola explicó que tuvo que aprender la vida de nuevo, es decir, le estuvieron enseñando de nuevo a hablar, caminar, escribir, conducir, entre otras cosas que antes parecían simples rutinas.

Y eso no fue todo pues la mujer también aseguró que el coronavirus la dejó «de por vida hipertensa, diabética y anticuagulada».  

Finalmente, una vez logró medianamente estabilizarse, la médica utilizó sus redes sociales para denunciar su caso y la situación de inequidad que vive su gremio desde esa primera línea, donde se exponen constantemente al contagio del coronavirus.

https://www.facebook.com/delfina.vivero/posts/10158750594389705

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