El exobrero metalúrgico y exlíder sindical, dos veces mandatario de la primera economía de la región, suma su séptima candidatura presidencial a sus casi 76 años de edad. El camino no es fácil para derrotar a Jair Bolsonaro, el próximo 2 de octubre.

El considerado gobernante más carismático que ha tenido Brasil y símbolo de la izquierda latinoamericana, aspira a los 76 años de edad llegar de nuevo al Palacio del Planalto para “impedir” otro mandato de Jair Bolsonaro.

Se postulará 12 años después de dejar el poder con una histórica aprobación del 87%, entre 2003 y 2011; y de pasar 580 días en prisión, de la que salió absuelto en noviembre de 2019 (debido a motivos de procedimiento) por un sonado caso de corrupción.

Las encuestas le ‘sonríen’: el expresidente cuenta con un 44% del apoyo frente al 32% de su rival ultraderechista Bolsonaro. Pero aún faltan cinco meses para los comicios, y cualquier cosa puede pasar en un país que se prepara para un duelo electoral de alto voltaje.

$!Lula vuelve ‘recargado’ a la contienda electoral en Brasil

Resurgir del liderazgo de la izquierda brasileña

¿Qué significa el regreso de Lula al ruedo político en Brasil?

Es el retorno de uno de los principales líderes de este país en los últimos 20 años, no solo en términos sociales, sino políticos y electorales, responde Nadia Pérez Guevara, investigadora del Instituto de Estudios Políticos de la Unab, que “solo salió de la batalla presidencial por decisión judicial en su momento” en 2018.

La también docente de Ciencia Política de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB, en Bucaramanga, destaca el reposicionamiento de la izquierda y el progresismo en la competencia electoral brasileña que se venían disipando a falta de un líder que estuviera a la altura de Lula.

Sumado a ello, trae consigo un reequilibrio de poderes y de la competencia frente a toda esa discusión desinstitucionalizada y polarizante de los procesos políticos de hace cuatro que le dieron la victoria a Bolsonaro, subraya la investigadora.

Una tesis compartida por Carlos La Rotta, docente del Programa de Negocios y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle, quien resalta que se “fortalecería la gobernanza” del que resulte ganador del proceso electoral.

Un proceso, en el que “precisamente Lula tiene una sería posibilidad de éxito con experiencia en lo que le faltó desarrollar e incluso en lo que habría que revisar”, sostiene el experto.

Otro elemento positivo, según él, es que la candidatura presidencial del expresidente Lula permitiría la “opción de los electores en expresar su aceptación y respaldo al proyecto de gobierno y en algunos otros sectores la expresión de la desaprobación de la actual Administración y la actitud ante planteamientos de terceros partidos”.

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Los males que aquejan al país

Por ejemplo, a Bolsonaro los ciudadanos le cuestionan el manejo de la economía, la violencia y el COVID-19. El país enfrenta una inflación del 10% anual, 12 millones de desempleados, un homicidio en promedio cada 10 minutos, mientras la pandemia ha cobrado la vida de 665.000 personas y unos 30 millones de contagiados.

En lo que respecta a Lula, su postura a favor de garantizar el derecho al aborto en la política de salud pública, ha desatado la ira del sector evangelista, sin contar que, aún muchos brasileños ven al expresidente como el rostro de la corrupción pese haber sido absuelto por la justicia.

Sin embargo, La Rotta opina que “un proceso electoral con amplia participación de los electores organizados en diferentes posturas o actitudes políticas, alejará al Brasil de los síntomas de las turbulencias políticas que amenazan o presentan síntomas preocupantes en América Latina”.

Para Rosembert Ariza, profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, el regreso de Lula da cuenta de dos temas: las consecuencias de la politización de la justicia y de otra parte, el gobierno errático de Bolsonaro.

Considera que la postura conciliadora de Lula responde a la profunda polarización que tiene hoy Brasil con el gobierno de Bolsonaro. “La posibilidad de superar esta situación solo es posible con un proyecto de gobierno conciliador para iniciar la reconstrucción de Brasil después de Bolsonaro sobre todo en el campo social”, argumenta.

Pérez Guevara apunta que la forma como Bolsonaro ha establecido relaciones con el Congreso y ha hecho frente a problemas puntuales, violencia, COVID-19 y economía, que son un lastre.

Hay un electorado que se mueve por el tema económico en un contexto global donde la inflación, la crisis alimentaria y la desigualdad, son decisivos para los gobernantes, remarca la experta.

El favoritismo de Lula se explica por lo que está pasando en la economía real del ciudadano de a pie, apunta Ariza, al señalar que la economía es el principal problema que enfrenta Brasil, y Bolsonaro tiene en este ítem una desaprobación muy alta.

En definitiva, “tenemos un caldo de cultivo para favorecer una candidatura progresista, un regreso de Lula más viejo, pero a la vez más fortalecido”, sentencia Pérez Guevara.

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Apuesta por moderación tras alianza con antiguo rival político

La decisión de Lula de nombrar el socialista Geraldo Alckmin Alckmin, exgobernador de Sao Paulo y viejo adversario político al que derrotó en 2006, como su fórmula vicepresidencial de cara a la votación del próximo 2 de octubre, fue vista como una señal de que el líder de izquierda está apostando por la moderación en caso de resultar electo de la economía más grande de América Latina.

Lula, apelando a la unión, no solo del progresismo, sino de distintos sectores políticos, busca de una u otra forma, apaciguar los ánimos que han estado caldeados durante los cuatro años de Bolsonaro, explica Nadia Pérez Guevara, investigadora del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab.

Salvo en el centro oeste, en el resto de Brasil el favorito es Lula y no hay tercer candidato que ascienda o pueda ascender, por ello parte de la estrategia de la derecha es mantener la polarización y radicalizar el debate izquierda-derecha, afirma por su parte Rosembert Ariza, profesor de la Universidad Nacional de Colombia.

Por otro lado, Carlos La Rotta, docente de la Universidad de La Salle, hace mención a la importancia de las elecciones en Brasil para Colombia.

A su juicio, es muy importante el proceso electoral en Brasil en atención a la amplia agenda, principalmente en lo relacionado con la conservación y preservación del medio ambiente, el énfasis en la cuenca amazónica, migraciones, comercio, cooperación binacional y procesos de integración, por citar algunos aspectos.

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