La Alianza Verde, el partido que hasta hace menos de dos años era uno de los de mayor proyección política para las justas electorales de 2022, ha empezado a dividirse en las bases de lo que precisamente sirvieron para su origen, un amplia presencia de matices democráticos del centro y la izquierda.

Aunque la colectividad nació inspirada en el proyecto político de la exsenadora y exsecuestrada Ingrid Betancourt, su consolidación se dio con la presencia de un amplio sector de los dirigentes que en el pasado militaron en la Alianza Democrática, entre ellos Antonio Navarro y Gustavo Petro, quienes tuvieron su origen en esa guerrilla del M-19.

Y es ahí en donde hoy se viven los fuertes vientos de división que hay en los verdes, una mayoritaria tendencia que quiere quedarse en el centro y un sector, minoritario, pero con mucha fuerza de opinión, que se inclina más hacia la izquierda extrema que se identifica con los postulados del jefe de la Colombia Humana.

División que en la fotografía política de junio de 2018 no se veía por ningún lado fuera a suceder tres años después. El motivo fue el abierto distanciamiento que se dio en las elecciones locales de 2019, cuando Petro tuvo su propio candidato a la Alcaldía de Bogotá con Holman Morris, quien enfrentó a la entonces senadora Claudia López, la más fuerte de la dirigencia de los verdes de la época.

Petro y Morris realizaron una campaña muy crítica a Claudia López, lo que profundizó esa división que arrancó al cierre de la elección presidencial de 2018, cuando la hoy alcaldesa de Bogotá apoyó a Gustavo Petro en la segunda vuelta, contrario a lo que hizo Sergio Fajardo, de quien fue su candidata a la Vicepresidencia de la República.

LA CERCANÍA A FAJARDO

Desde el inicio de 2021, la fractura en los verdes ya mostraba lo que iba ser el año. Una votación de la dirección nacional llevó a que los verdes decidieran que con miras a ganar la Presidencia de la República se comprometían de lleno a participar en la Coalición de la Esperanza, el proyecto político en el que están Sergio Fajardo (pero no como verde como pasó en el 2018), Jorge Robledo, Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán y Humberto de la Calle.

El precandidato verde se escogerá de un amplio grupo de aspirantes compuesto por los senadores Sandra Ortiz, Iván Marulanda, Jorge Londoño y Antonio Sanguino, como también de los exgobernadores Carlos Amaya (Boyacá) y Camilo Romero (Nariño).

Pero fue precisamente este último, junto a algunos dirigentes como el representante a la Cámara Inti Asprilla, quien rechazó la decisión de las mayorías, de cerrar la posibilidad a hacer una alianza para el 2022 con el senador Gustavo Petro. La postura de Romero y Asprilla representa el sentir de una amplia parte de las bases de los verdes, que son más de tendencia de izquierda y cercanos a las posiciones del jefe de la Colombia Humana.

El profesor y exsenador Antanas Mockus, fue uno de los primeros en tomar posición en esa polémica y se mostró partidario para que la Alianza Verde se mantenga en la Coalición de Centro. Su postura la expuso desde enero y se ratificó en julio, cuando las directivas de los verdes se han reunido para definir cuál es el mecanismo de selección del precandidato para la consulta interpartidista de marzo de 2022.

Pero es tal la división que hay en los verdes, que ni el sector de Mockus está unificado. La representante a la Cámara Katherine Miranda, quien se suponía iba ser su reemplazo en el Senado, se ha convertido en los últimos meses en una de las principales contradictoras de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, como también de la senador Angélica Lozano, quien más allá de ser la pareja de la alcaldesa López, es una de las dirigentes de la Alianza Verde con mayor peso.

Petro entonces, al interior de los verdes suma el apoyo pleno de Camilo Romero y de los representantes Inti Asprilla, León Fredy Muñoz y César Zorro, como también de la cercanía de la representante Katherine Miranda.

De senadores Petro tendría el respaldo de Antonio Sanguino y Aulo Polo. En el caso de Sanguino, uno de los precandidatos, es quien abiertamente considera que es necesario que se junte ya la Coalición de Centro con el Pacto Histórico que lidera Petro junto a otros dirigentes como Roy Barreras y Alexander López.

LA VICEPRESIDENCIA

La tensión entre verdes de centro y verdes petristas fue mayor con la elección de la mesa directiva del Senado el pasado 20 de julio, cuando el senador de la Colombia Humana Gustavo Bolívar, sufrió una dura derrota al no poder ganar la segunda vicepresidencia de la corporación, tras perder por 64 votos en blanco contra 32 ese cargo.

Para la dirigencia del petrismo, la derrota de Bolívar se dio porque el bloque de centro de los verdes  incumplió los acuerdos que determinaban que era para ese sector político al que le correspondía esa dignidad, pero que a la postre quedó en poder del senador verde Iván Name, quien es abiertamente más cercano al centro y algunas posturas de derecha.

El bloque petrista (Asprilla, Miranda, Muñoz y Zorro), le enviaron una carta al vicepresidente Name, pidiéndole que renuncie a esa dignidad, porque no representa al partido y porque está violando el estatuto de oposición. Name en respuesta dijo que no lo haría y les cuestionó esa postura.

Sobre la situación de lo que está pasando, la senadora y precandidata Sandra Ortiz, sostiene “que en la Alianza Verde como en todos los partidos existen varios matices, y se tienen varias posturas, pero que de forma interna se solucionan”.

Sin embargo, Ortiz no ve muy posible una alianza con el Pacto Histórico. “No podemos invitar a alguien a la casa que nos ha tratado mal. No tengo nada personal contra Petro, pero muchas de sus ideas, sobre todo esa agresión al partido, es lo que más me distancia”.

A la cabeza del partido como presidente está Antonio Navarro, exsenador y en el pasado compañero en la guerrilla del M-19 de Petro, pero pese a esa cercanía ha mantenido una postura muy imparcial sobre las proyecciones presidenciales, y al respecto asegura que acoge lo que se decidió por la dirección nacional, aunque considera importante que la Coalición de Centro se pueda unir con el Pacto Histórico.

De ahí que en marzo de este año promovió un retiro de todos sectores del partido, pero el mismo no prosperó y ya fue en julio cuando se volvió a citar a las directivas del partido para definir el mecanismo de selección del precandidato o, incluso, de reversar la decisión de estar en la Coalición de Centro.

El analista Carlos Arias resaltó que “claramente los Verdes van a tener un cisma que va a comenzar con Inti Asprilla y va a ser en doble vía, me refiero a que Ángela Robledo va a jalonar a otro sector dentro del petrismo. Ahora lo que deben entender, tanto petristas como miembros del Partido Verde, es que ninguno puede ganar por sí mismo. Si dan la pelea por separado no logran nada”.

Para el profesor de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, lo que está pasando en los verdes es un reacomodamiento de fuerzas, en la medida en que el Partido Verde se ha vuelto más visible y más viable, sus retos van a ser cada vez mayores.

“Eso en elecciones es normal, esto no se puede leer como un cisma, está muy temprano para ello, pero se están reacomodando un poco para ver con qué variable política les puede ir mejor frente a las elecciones legislativas y presidenciales”, sostiene.

Lo cierto es que aún sigue la espera en la Alianza Verde para definir la forma en que van a elegir a su precandidato o si cambian de postura y llegan a donde el Pacto Histórico, un postergamiento que podría llegar hasta diciembre, momento en que ya se deben definir las listas al Congreso, como también quiénes serán los candidatos en las consultas interpartidistas.

BOGOTÁ (Colprensa).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *