Las víctimas estaban desaparecidas desde abril y fueron encontradas en una fosa común.
El hallazgo de ocho cuerpos en zona rural del municipio de Calamar, Guaviare, estremeció este martes al país. Aunque desde hace meses se conocía la desaparición de estas personas reconocidas por su liderazgo comunitario y religioso, sus familias mantenían la esperanza de encontrarlas con vida. La noticia del hallazgo en una fosa común confirmó los temores más profundos de sus seres queridos, quienes desde abril clamaban por su regreso a casa.
La Fiscalía General de la Nación informó que los cuerpos fueron ubicados gracias a mecanismos de búsqueda urgente y al apoyo del Ejército Nacional. Las víctimas, entre quienes se encontraban pastores, madres cabeza de hogar y fieles de dos iglesias evangélicas, habían sido vistas por última vez en la vereda Puerto Nuevo. El cartel de búsqueda con sus rostros circuló ampliamente por redes sociales.
El fiscal delegado para la criminalidad organizada, Raúl González, informó que los asesinados “fueron obligados a cavar su propia fosa antes de ser ejecutados por presuntos vínculos con el Eln, acusación sin sustento alguno según la investigación en curso”.
Los líderes sociales y religiosos fueron citados y nunca regresaron
De acuerdo con la investigación preliminar, el 4 de abril los primeros dos líderes fueron citados por integrantes del frente primero ‘Armando Ríos’ de las disidencias de las Farc, y el 7 del mismo mes se llamó a los otros seis. Supuestamente, iban a ser interrogados por su presunta relación con el Eln, dado que algunos de ellos eran oriundos de Arauca, lo que en esa zona fue interpretado como una amenaza de infiltración.
Las autoridades han señalado que el grupo disidente habría actuado bajo órdenes directas del círculo de alias Iván Mordisco, jefe del Estado Mayor Central, quien habría querido frenar cualquier intento de presencia del Eln en la región. Según indicó el fiscal delegado para la criminalidad organizada, Raúl González, las víctimas fueron obligadas a cavar su propia tumba antes de ser ejecutadas.
En su cuenta de X, el Ministro de defensa Pedro Sánchez lamentó con contundencia esta masacre y aseguró que: “Gracias a la presión militar sostenida, se logró el sometimiento de un presunto integrante de esta estructura criminal, quien informó del atroz crimen y reveló la ubicación de la fosa común”.
Además manifestó su solidaridad con las familias de las víctimas que siguen quedando rotas por la crueldad de la violencia.
Violencia sin tregua en la región amazónica
La situación de orden público en Guaviare se ha deteriorado aceleradamente en los últimos meses. El EMC mantiene enfrentamientos con otras disidencias y las fuerzas del Estado por el control territorial, lo que ha derivado en confinamientos, toques de queda y restricciones a la vida religiosa y comunitaria. En junio, cerca de 50.000 personas se vieron afectadas por órdenes impuestas por los armados.
Tras el hallazgo, el presidente Gustavo Petro expresó su repudio ante lo que calificó como una afrenta contra la vida y la libertad religiosa. “Redoblar esfuerzos para proteger a quienes lideran desde la fe y la paz es una urgencia nacional”, afirmó.
Mientras tanto, la Gobernación de Guaviare y la alcaldía de Calamar anunciaron nuevas medidas de seguridad y se mantienen en alerta. La comunidad, profundamente golpeada, pide garantías para seguir adelante sin temor. Las disidencias, hasta el momento, no se han pronunciado sobre este crimen.