El gobernador del departamento de Córdoba, Orlando Benítez Mora, lamentó el panorama turbio que encontró el gerente encargado Raúl Moreno, durante los dos meses que estuvo frente al Hospital San Jerónimo de Montería con la realización del proceso de empalme para saber el estado físico y financiero del centro de salud.
“Es obvio que las intervenciones no son sanas desde ningún punto de vista, porque restringen, porque limitan, porque vienen a hacer fiestas en casa derrochando y malgastando. 42 millones ganaba el gerente interventor y 12 millones tres asesores, todo por encima de sueldo del gerente”, manifestó el gobernante.
Benítez, durante su intervención, reiteró que en su época como diputado vio con gran preocupación como en época electoral llegaban las intervenciones que, a su juicio, les hizo más daños a los centros de salud, especialmente al San Jerónimo que estuvo bajo la Superintendencia de Salud durante casi cuatro años.
“Me parecía muy curioso como llegaban a intervenir los hospitales en los preámbulos electorales con la intención de presuntamente favorecer a algunos sectores políticos, posiblemente, pero también con el deseo politiquero de seguir saqueando las instituciones y había complicidad externa de los cordobeses e interna de muchas personas al interior del hospital”, argumentó Benítez.
El gobernador mostró como prueba los datos negativos que hubo durante intervención que arrojó bajas cifras en atención en urgencias, ocupación hospitalaria e intervenciones quirúrgicas.
“¿Cómo fortalecer las finanzas si la prestación del servicio no iba por buena tendencia? Gastábamos más administrativamente, pero producíamos menos y aprobábamos un prepuesto en déficit”, sostuvo el gobernador.
Ante este panorama, la nueva gerente del referido hospital, María Marcela Arriola, tiene como meta hacer cumplir tres pilares fundamentales para sacar la institución a flote: recuperar la credibilidad, el uso de los servicios y fortalecer el tema financiero para la sostenibilidad del hospital.