Permanece en prisión desde marzo de 2021, acusada de asumir la presidencia de forma ilegal en noviembre de 2019, tras la caída de Evo Morales.

La nueva era política en Bolivia se adelanta tres días. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha ordenado la libertad inmediata de la ex presidenta Jeanine Áñez, tras anular su condena a 10 años de cárcel por el llamado caso del golpe de Estado. «Se ha dispuesto la nulidad de la sentencia. Hoy tiene que recuperar la libertad», ha informado el magistrado Rómer Saucedo, presidente del TSJ.

Áñez permanece en prisión desde marzo de 2021, acusada de asumir la presidencia de forma ilegal en noviembre de 2019, tras la caída de Evo Morales. Esta acusación contra la ex mandataria sostenía el relato revolucionario para exculpar a Morales, quien encabezó un intento de fraude electoral en las elecciones presidenciales de ese año y fue forzado a dimitir y a exiliarse por la presión de militares, policías y distintos cargos del Estado.

Áñez, una senadora semidesconocida entonces, asumió la presidencia al negarse a hacerlo quienes la antecedían en la línea sucesoria marcada por la Constitución. La dirigente derechista presidió Bolivia durante un año en medio de las tensiones y entregó el poder tras la victoria electoral de Luis Arce, el elegido por Morales para sucederle.

«Nunca voy a arrepentirme de haber servido a mi patria cuando me necesitó. Lo hice con conciencia y el corazón firme, sabiendo que las decisiones difíciles tienen un precio», escribió la ex presidenta en sus redes sociales horas antes de la decisión judicial.

Con su encarcelamiento, Áñez pasó a convertirse en la principal presa política del Movimiento Al Socialismo (MAS), junto al gobernador de la opositora Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el líder ciudadano de Potosí, Marco Pumari. Estos dos dirigentes encabezaron las protestas callejeras que precipitaron la caída de Evo Morales. Ambos han recuperado la libertad en las últimas semanas.

La decisión judicial llega cuando sólo faltaban 72 horas para que el centrista Rodrigo Paz, candidato del Partido de la Democracia Cristiana (PDC), asuma la presidencia de Bolivia en un giro histórico en el país andino.

Durante más de dos décadas, Arce y, sobre todo, Morales, lideraron la revolución indígena, una de las más emblemáticas dentro del bloque de la llamada marea rosa, de gobiernos izquierdistas.

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