El sargento Javier Enrique Solano Ruiz, quien murió la madrugada de este miércoles mientras controlaba una conflagración que se registró en la zona industrial de la vía 40, en Atlántico, dedicó la mitad de su vida a servirle al cuerpo de Bomberos.

Este bombero tenía 53 años, de los cuales 26 pasó al servicio de la comunidad controlando emergencias, tal como ocurrió esta madrugada, cuando fue enviado a la empresa Bravo Petroleum en compañía de otro compañero para controlar el incendio.

Fue el primer respondiente que llegó. Hubo una leve explosión, le cayó una estructura metálica en el rostro y lamentablemente falleció”, expresó el capitán Jaime Pérez, comandante del Cuerpo de Bomberos.

Este héroe deja cuatro hijos, tres mujeres y un hombre. Una de sus hijas le sigue los pasos y es voluntaria en el cuerpo de Bomberos, por lo que fue la primera en conocer la terrible noticia de la muerte de su padre.

“Me entero porque iban a despachar una máquina en apoyo a Barranquilla, pero suspendieron la salida porque nos dijeron que había fallecido un bombero. Me dijeron su nombre y me derrumbé”, le dijo la joven al diario local El Heraldo.

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