El candidato izquierdista Pedro Castillo supera en intención de voto a la derechista Keiko Fujimori para el balotaje presidencial del próximo 6 de junio en Perú, según un sondeo difundido el domingo.
Castillo, un maestro de escuela rural, concentra el 40% de la intención de voto, mientras que Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, recibe un 37% de las preferencias, señala la encuesta de Ipsos, a tres semanas del balotaje.
Un 14% votaría en blanco o nulo y un 9% no precisó su opción electoral en la consulta, indicó el sondeo, el tercero que realiza Ipsos desde la primera vuelta del 11 de abril.
Castillo bajó tres puntos porcentuales y Fujimori subió tres en comparación a la encuesta de Ipsos realizada el 30 de abril.
“Ya no hay un favorito, cualquiera de dos puede ganar. La campaña se torna mucho más disputada”, dijo Alfredo Torres, director de Ipsos, al diario El Comercio.
“A tres semanas hay mucho camino por recorrer pueden cometer errores los candidatos y eso les puede costar algunos puntos”, agregó Torres.
La encuestadora interrogó a 1.205 personas el 13 y 14 de mayo, con un margen de error del 2,8%.
“No me preocupan las encuestas, yo no estoy preocupado por las encuestas (…) me preocupa el Perú, me preocupa el país”, dijo Castillo en conferencia de prensa.
El izquierdista, candidato del partido Perú Libre, ganó la primera ronda con 18,92% de los votos, mientras Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, llegó segunda con 13,40%.
El conteo de votos de la elección del 11 de abril prácticamente terminó, pero el paso de ambos candidatos al balotaje debe aún ser proclamado por el Jurado Nacional de Elecciones.
Fujimori, de 45 años, defiende el libre mercado mientras que Castillo, de 51, aboga por un activo papel del Estado en la economía, incluso con nacionalizaciones.
A pesar de sus diferencias, ambos candidatos coinciden en algunos temas: son antiaborto, defienden la familia tradicional, no dan importancia a los derechos de la comunidad LGTBI y rechazan el enfoque de género en las escuelas.
El próximo presidente debe asumir el poder el 28 de julio en sustitución del mandatario interino Francisco Sagasti y tendrá como reto terminar con la fragmentación e inestabilidad política del último quinquenio.