El Gobierno de Japón amplió sus medidas para tratar de contener el auge récord de contagios de coronavirus en Tokio y otras regiones, mientras la capital acoge los Juegos Olímpicos y a pesar de las enormes restricciones en torno al evento.

El Ejecutivo que lidera Yoshihide Suga decidió este viernes extender hasta finales de agosto el estado de emergencia sanitaria que estaba ya vigente en Tokio, y optó también por ampliarlo a otras tres regiones colindantes y a Osaka, donde también se observa una aceleración de los contagios.

Estas medidas no supondrán ningún cambio significativo respecto a las que se vienen aplicando desde hace meses en la capital y otras de las principales regiones del país, centradas en restringir las horas de apertura de bares y restaurantes, y que no se están cumpliendo de forma generalizada por no ser obligatorias legalmente.

Toque de atención

La decisión anunciada hoy por Suga se dirige principalmente a llamar la atención de la población ante su aparente relajación frente a las recomendaciones de prevención de contagios, después de meses de pandemia y en esta época veraniega de vacaciones escolares y con el ambiente de celebración en torno a los Juegos.

Otros factores detrás del aumento récord de contagios en Japón son la circulación de las nuevas y más infecciosas variantes como la delta, así como el incremento de los casos entre los menores de 60 años, el grupo de población que menos vacunas ha recibido y que representa el 90 % de los nuevos casos.

Suga volvió a hacer un llamamiento hoy a la población «a que evite las salidas innecesarias y se quede viendo los Juegos por televisión desde casa», en una rueda de prensa.

«La sociedad japonesa se está enfrentando a una situación más grave que nunca», dijo con mayor contundencia el principal asesor médico del Gobierno en la lucha contra la pandemia, Shigeru Omi, quien pidió a las autoridades «hacer un mayor esfuerzo y enviar un mensaje acorde a la gravedad de la situación».

Tokio registró hoy unos 3.300 contagios, tras informar en la víspera de 3.865 nuevos casos, un número récord hasta la fecha y casi el doble que en la semana anterior.

En todo Japón, los contagios superaron los 10.000 el pasado jueves por primera vez desde el inicio de la pandemia.

El problema, fuera de la burbuja olímpica

Tanto el Ejecutivo nipón como los organizadores de los Juegos de Tokio y el Comité Olímpico Internacional reiteran desde el inicio del evento deportivo que el repunte del covid en la capital no tiene ninguna conexión directa con el mismo.

Los Juegos de Tokio se desarrollan sin público y entre restricciones sin precedentes que afectan a todos sus participantes foráneos, desde atletas a periodistas, quienes ven sus movimientos restringidos al interior de la «burbuja olímpica» y se someten a constantes test del virus, además de estar vacunados en un porcentaje que supera al 80 %, según los organizadores.

Entre todas las personas que participan en los Juegos se han detectado desde el pasado 1 de julio y hasta hoy 225 contagios, la mayoría de ellos, 127, en residentes en Japón.

Se trata de cifras bajas teniendo en cuenta que cerca de 40.000 personas se han desplazado a Japón con motivo de los Juegos, entre atletas, medios acreditados, representantes de comités y federaciones y otros participantes; y que demuestran una mayor incidencia del virus fuera de la burbuja.

La clave de las vacunas

Otro de los motivos de la continuada propagación del virus en Japón es la lentitud con la que avanza el proceso de vacunación en el país, donde solo se ha inoculado con las dos dosis a un 27 % de sus habitantes debido a los problemas de suministro y de distribución de las vacunas.

El Ejecutivo ni siquiera ha logrado cumplir su objetivo de tener vacunada al 100 % de su población mayor de 65 años para finales de este mes. Las cifras más recientes muestran que en torno al 74 % de este grupo de edad ha recibido las dos dosis.

El primer ministro nipón afirmó una vez más que se está haciendo «todo lo posible» para acelerar la campaña de vacunación y confió en que se pueda levantar la emergencia sanitaria para finales de agosto si se frena la propagación del virus y se alcanza en torno al 40 % de la población total vacunada. EFE

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