El jefe de las disidencias envió un mensaje directo al presidente y lanzó fuertes advertencias sobre el futuro de la violencia en Colombia.

El máximo comandante de las disidencias de las Farc, alias Iván Mordisco, reapareció públicamente con una extensa carta dirigida al presidente Gustavo Petro. La misiva fue difundida este sábado 23 de agosto, pocos días después de la captura de su hermano, alias Mono Luis, y marca un nuevo capítulo en la confrontación entre el Gobierno y los grupos armados que no se acogieron al Acuerdo de Paz de 2016.

En el escrito, Mordisco acusó al mandatario de traicionar la causa revolucionaria y mantener un “gobierno tibio”. También lo responsabilizó de dar continuidad a prácticas de gobiernos anteriores y advirtió que su “despotismo y arrogancia” podrían llevar a Colombia a varias décadas más de violencia.

Incluso, comparó a Petro con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, señalando que ambos representan “un Estado criminal y narcoparamilitar que persigue a las familias de los guerrilleros”.

Un mensaje con tono personal y político
El líder insurgente aseguró haber perdido una hermana durante el gobierno de Uribe y dijo temer por la seguridad de sus familiares actuales. Sin embargo, aclaró que no pedía protección estatal, insistiendo en que solo cree en lo que llamó “justicia revolucionaria”

Mordisco también rechazó las acusaciones que vinculan a su organización con el narcotráfico. Según él, esa narrativa desconoce las causas sociales de su lucha: “Una guerrilla sin apoyo popular y sin causas es imposible que exista en cualquier parte del mundo”.

Paz, rendición y advertencias sobre el futuro.

En otro de los apartados de la carta, criticó el manejo de las mesas de diálogo impulsadas por el Gobierno, asegurando que fueron “una estrategia de guerra” y no un verdadero escenario de negociación.

Aunque afirmó que la paz sigue siendo la bandera de su movimiento, recalcó que solo será posible con cambios estructurales en lo económico, político y social. De lo contrario, cualquier intento se convertirá en un proceso fallido de rendición.

La comunicación cerró con mensajes de resistencia y referencias ideológicas que reivindican la lucha armada como una alternativa vigente frente a lo que denominó “opresión estatal”.

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