El pacto fue firmado en Egipto con apoyo de EE. UU., Catar y Turquía, y busca abrir el camino hacia una paz duradera en Oriente Próximo.

Después de más de dos años de enfrentamientos, Israel y el movimiento islamista Hamás alcanzaron un acuerdo que busca poner fin a la guerra en la Franja de Gaza. La decisión se produjo tras cuatro días de intensas negociaciones en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij, con la mediación de Estados Unidos, Catar y Turquía. Aunque los detalles del pacto se mantienen bajo reserva, fuentes cercanas al proceso confirmaron que el alto el fuego incluye la liberación de los rehenes capturados por Hamás en el ataque del 7 de octubre de 2023 y el retiro gradual de las tropas israelíes hacia una línea previamente pactada.

La firma del acuerdo fue celebrada por las delegaciones como un “paso crucial hacia la paz”. Sin embargo, su entrada en vigor depende de la ratificación del gabinete israelí, convocado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien calificó el día como “histórico para Israel”. No todos los sectores comparten el entusiasmo: el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, adelantó su voto en contra del pacto, lo que refleja las divisiones dentro del gobierno israelí.

Reacciones encontradas en Gaza y Tel Aviv
En las calles de Jan Yunis, en el sur de Gaza, cientos de palestinos celebraron el anuncio con cánticos, abrazos y lágrimas. “A pesar del dolor y las pérdidas, hoy sentimos esperanza”, expresó Ayman al Najjar, uno de los residentes del enclave devastado. En Tel Aviv, familiares de los rehenes también se reunieron en la plaza central para aplaudir la posibilidad de un regreso seguro de sus seres queridos.

Desde Washington, el presidente estadounidense, Donald Trump, manifestó su satisfacción y aseguró que “todas las partes recibirán un trato justo”, destacando el rol de los mediadores internacionales. El acuerdo, explicó, representa “un primer paso hacia una paz sólida y duradera en Oriente Próximo”.

Pese al optimismo, persisten las tensiones. Hamás ha exigido el fin total de la ofensiva israelí y la retirada completa de sus tropas, mientras que Netanyahu insiste en que el grupo debe ser desarmado. La comunidad internacional observa con cautela este nuevo intento por silenciar las armas en una región marcada por el dolor y la desconfianza, pero también por un anhelo persistente de paz.

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